El fotoperiodista bangladesí Jibon Ahmed ha causado una fuerte polémica tras publicar una romántica fotografía de una pareja besándose bajo la lluvia frente al Centro de Maestros y Estudiantes de la Universidad de Daca.
Según el portal local News 18, la imagen publicada en Facebook el 23 de julio recibió muchas reacciones positivas, sobre todo porque recientemente el campus fue escenario de protestas y hechos violentos. Sin embargo, muchos residentes del país ―de mayoría musulmana― la criticaron por difundir "obscenidad", así como por supuestamente incitar al acoso sexual contra las mujeres.
"Cada día los amantes se vuelven más audaces", escribió un internauta enfurecido, citado por el medio. "Antes estas cosas se hacían en secreto. Ahora lo hacen a plena luz del día. Falta poco para que hagan el amor en público", agregó.
Sin embargo, esa no fue la peor consecuencia que generó la fotografía. Tras su publicación, colegas fotógrafos y periodistas de la plataforma Purboposhchimbd atacaron a Jibon Ahmed sin darle "ninguna razón". "No he tomado ninguna acción legal porque son mis colegas y tendré que trabajar con ellos en el futuro", afirmó el fotoperiodista.
Como si fuera poco, la inocente imagen también le costó el trabajo. "En este caso, la oficina tampoco me dio ninguna razón exacta para despedirme. Me acaban de decir que ya no puedo trabajar aquí", relató.
Por su parte, Khujista Nur-e-Naharin, redactor de Purboposhchimbd, indicó a The Washington Post que el ataque "no estaba relacionado con su actividad profesional", sino que fue "resultado de cuestiones personales".
"Para algunos es amor, para otros obscenidad"
Hubo gente que también criticó la fotografía por violar supuestamente la privacidad de la pareja. Sin embargo, Jibon Ahmed aseguró que ambos estaban al tanto de que los estaba retratando y no se opusieron. Además, lo contactaron tras la publicación y le confirmaron que estaban de acuerdo con la imagen.
"Una imagen es subjetiva y cualquiera puede interpretarla como quiera […] Para algunos es amor, para otros obscenidad", comentó el autor. "Un retorcido sentido de la moralidad no puede dictar el trabajo de un artista", concluyó.