Una tormenta geomagnética de magnitud G1 —en una escala de cinco puntos— llegará a la Tierra el próximo 20 de agosto, indica el pronóstico elaborado por el Laboratorio de Astronomía de Rayos X del Sol, adscrito al Instituto Físico Lébedev de la Academia de Ciencias de Rusia.
Asimismo, se espera una serie de perturbaciones del campo magnético los días 17 y 21 de agosto.
Según los científicos, las tormentas magnéticas de esta intensidad pueden provocar fallas leves en los sistemas de energía, así como influir en la gestión de satélites espaciales y causar auroras boreales en altitudes de más de 60 grados.
Además, las tormentas magnéticas pueden tener efectos físicos en los humanos, que bajo su influjo pueden experimentar dolores de cabeza, nerviosismo, irritabilidad, agotamiento, o ansiedad.
No es extraordinario que de vez en cuando la Tierra pase por corrientes del viento solar. Este fenómeno se registra cuando la actividad solar es mínima. En este período el campo magnético del Sol se hace más débil y pierde la capacidad de retener el plasma cerca de su superficie.