La Ciudad de México emprende una lucha contra el uso de popotes (pitillos, pajitas o sorbetes) y por la destrucción de botellas de vidrio en restaurantes y bares, con el objetivo de contribuir al cuidado del medio ambiente.
Así lo dio a conocer este martes el jefe de Gobierno capitalino, José Ramón Amieva, quien afirmó que se trata de una estrategia novedosa y que será implementada en coordinación con integrantes de la industria restaurantera nacional y local, según un comunicado.
Amieva sostuvo que con ello se favorece al entorno global, puesto que los pitillos plásticos tardan entre 50 y 100 años en degradarse y generan la formación de islas de plástico en el mar.
Por otro lado, la destrucción de botellas impedirá que sean rellenadas con bebidas de dudosa procedencia y fines de venta.
En un evento que tuvo lugar en el Antiguo Palacio del Ayuntamiento, el funcionario capitalino destacó la importancia de trabajar en beneficio del medio ambiente. Indicó que una persona produce alrededor de un kilo y medio de residuos sólidos diariamente, y de ellos 46 % son inorgánicos.
Francisco Fernández Alonso Márquez, presidente nacional de la Cámara Nacional de la Industria de Restaurantes y Alimentos Condimentados, se dijo entusiasmado y manifestó su compromiso con este proyecto, por lo que pidió a la sociedad "actuar con madurez" y adoptar actitudes "amigables" que contribuyan a la preservación del planeta.