FOTO: La ESA comparte un "objeto extraterrestre" proveniente del asteroide Itokawa

Los expertos europeos someten las muestras disponibles de la roca espacial a una simulación del viento solar para estudiar sus propiedades.

La Agencia Espacial Europea (ESA) ha publicado en su sitio web este 1 de agosto la imagen microscópica de uno de los 1.500 granos de roca que la sonda espacial japonesa Hayabusa recogió en el asteroide Itokawa y trajo a la Tierra. La expedición terminó en el 2010, pero desde entonces los científicos solo mostraron al público las imágenes tomadas desde cerca del propio objeto celeste.

El comunicado que acompaña a la imagen califica como "objeto extraterrestre" el grano, compuesto de elementos afilados y colocado ante las lentes del microscopio sobre un soporte. Sin embargo, no ofrece detalles sobre su composición química o propiedades físicas, que están siendo estudiadas en un laboratorio del Centro Europeo de Investigación y Tecnología Espacial en los Países Bajos.

Según detalló en una entrevista el investigador Fabrice Cipriani, también publicada por la ESA, el método que su equipo aplica a esta y otras muestras disponibles de la roca del asteroide evita destruirlas. Los científicos las colocan en una cámara donde se exponen a una imitación del viento solar, o sea, las bombardean con electrones.

Orígenes de la muestra

La sonda Hayabusa fue lanzada por la Agencia de Exploración Aeroespacial de Japón en mayo del 2003 y dos años y medio después alcanzó su objetivo. Fue la primera misión en llevar a la Tierra fragmentos de un asteroide.

Un análisis previo de los granos obtenidos por la sonda del asteroide Itokawa muestra que este no siempre tuvo las mismas dimensiones y forma que conocemos. Era aproximadamente 40 veces más grande cuando se consolidó, hace 4.500 millones de años, que ahora.

La segunda misión nipona para colectar muestras de roca espacial desplegó su base de operaciones la semana pasada a 20 kilómetros de otro asteroide, el Ryugu, que orbita en estos momentos a unos 280 millones de kilómetros de la Tierra. El mundo científico espera el regreso de esta expedición no tripulada para el 2020.