El Ayuntamiento de Riba-roja d'Ebre, un municipio de Cataluña (España), se ha visto obligado a cerrar las instalaciones de sus piscinas municipales durante varios días en dos ocasiones en las últimas semanas debido a "reiterados episodios de defecación".
Según explica la corporación municipal en un comunicado, a partir de ahora pide la colaboración ciudadana y manifiesta que se llevarán a cabo nuevas actuaciones:
- Controlar nominalmente las entradas y salidas de las instalaciones.
- Utilizar detectores de orina que colorearán el agua alrededor de la persona que miccione en la piscina.
- Personas voluntarias y anónimas vigilarán la piscina durante todo su horario de apertura.
- Se está estudiando la instalación de cámaras de videovigilancia.
El Ayuntamiento añade que este "comportamiento grosero" representa un "atentado contra la salud pública" y puede ser sancionado como delito penal y también bajo la ordenanza municipal de civismo. Recuerdan que este tipo de acciones puede provocar infecciones gastrointestinales, dermatitis, conjuntivitis y otitis, entre otras enfermedades.