Venezuela ha aumentado sus exportaciones de petróleo a EE.UU. este año, a pesar de la baja experimentada en su producción, que ha caído a 1 millón de barriles por día (b/d) tras haber alcanzado años atrás picos de más de 3 millones.
Según datos de aduanas estadounidenses, citados por S&P Global Platts, en febrero de este año los envíos de crudo del país caribeño a EE.UU. promediaron 409.500 b/d; cifra que aumentó a 587.200 b/d en junio, en promedio, y se ubicó en 530.300 b/d en julio.
Esos envíos a EE.UU. representaron en junio para Venezuela más del 45 % de la producción total del país. "EE.UU. es actualmente el cajero automático para Venezuela", dijo Joe McMonigle, analista de Hedgeye Risk Management.
De acuerdo a los analistas, los envíos de petróleo venezolano se están limitando a las refinerías estadounidenses de la costa del Golfo, que están equipadas para procesar grados más pesados y, a la vez, están limitados en cuanto a proveedores.
Venezuela ha encontrado espacio en ese mercado, tras el estancamiento de la producción de crudo mexicano y los límites actuales que tiene Canadá, como la poca capacidad de los oleoductos.
"Hay un apetito por ese crudo"
Según John Auers, vicepresidente Ejecutivo de Turner, Mason & Company, las importaciones estadounidenses de crudo venezolano "disminuirán, pero no desaparecerán del mapa".
Enfatizó que "ciertamente hay un apetito por ese crudo en los EE.UU., y eso no va a desaparecer"; aunque ha habido preocupaciones recientes entre los refinadores de la costa del Golfo sobre la calidad del petróleo venezolano, lo que podría generar una baja.
McMonigle dice, por su parte, que existe la posibilidad de que las importaciones estadounidenses de crudo venezolano se vayan a cero, cosa que sucedería si Washington insiste en imponer sanciones al petróleo de Venezuela.
Sin embargo, el impacto interno en EE.UU. de las posibles sanciones sería limitado, explica Irina Slav en un artículo publicado en el portal Oil Price.
"Dado que los clientes de Venezuela son solo refinerías en la costa del Golfo, y el mayor comprador es Citgo, filial propia de PDVSA, el golpe a la refinación estadounidense será limitado", dice. Y añade que "aun así, el hecho de que estas sanciones no se hayan implementado sugiere que Washington no está dispuesto a dar un golpe a las refinerías de la Costa del Golfo, por lo que PDVSA continuará teniendo un mercado de alrededor de la mitad de su caída de producción por el momento".