Descubren un efecto positivo del estrés y la ansiedad en el ser humano
El ser humano tiende a priorizar la información que considera positiva sobre las malas noticias, pero en estados de estrés o de ansiedad su parcialidad optimista desaparece y eso le permite advertir y abordar situaciones de peligro de manera efectiva, según sugiere una investigación científica de la que informa Science Daily.
Los responsables de este estudio elaborado por el University College de Londres (Reino Unido) y publicado el pasado lunes en la revista Journal of Neuroscience deseaban resolver el enigma que plantea la asimetría de los prejuicios del hombre, cuya inclinación a evitar creencias negativas podría provocar que subestime determinados riesgos.
Por este motivo, los científicos dividieron a 35 personas en dos grupos: a unas les indicaron que al final de la prueba tendrían que pronunciar un discurso sobre un tema sorpresa ante un jurado, mientras que prometieron a las otras que les asignarían tareas sencillas.
Gracias a encuestas y mediciones de la conductividad de la piel y los niveles de cortisol, los investigadores comprobaron que los integrantes del primer colectivo se encontraban en un estado de estrés elevado en comparación con los del segundo.
Todos los participantes debieron estimar las probabilidades estadísticas de sufrir diversas situaciones peligrosas, desde un robo a un accidente vial o un fraude con tarjeta de crédito. Posteriormente, los autores del experimento revelaron los verdaderos niveles de riesgo en cada caso y les pidieron que estimaran la probabilidad de convertirse en víctimas de cada caso.
Así, estos especialistas comprobaron que las personas que estaban más relajadas priorizaron los datos positivos y desestimaron los riesgos incluso después de saber que el peligro era más probable de lo que habían pensado en un principio, mientras que los participantes con alto nivel de estrés tuvieron más en cuenta los datos negativos al rehacer sus estimaciones.
Esta flexibilidad en el procesamiento de la información permite que el ser humano pueda mantener una parcialidad optimista en situaciones normales —una estrategia que favorece su bienestar y motivación— sin subestimar los riesgos en caso de percibir un ambiente potencialmente peligroso, concluyó el estudio.