Las organizaciones SOS Méditerranée y Médicos Sin Fronteras (MSF) instan ante los Gobiernos europeos que otorguen sin demoras lugares seguros donde puedan desembarcar los inmigrantes rescatados en el mar Mediterráneo por el barco Aquarius el 10 de agosto.
El Aquarius rescató a 25 personas que pasaron cerca de 35 horas en alta mar en un pequeño barco de madera sin motor, y luego detectó a otra embarcación de madera con 116 personas a bordo, entre ellas 67 menores. De momento, los rescatados permanecen en condición estable, aunque muchos están débiles y malnutridos.
Más del 70 % de los rescatados proceden de Somalia y Eritrea, también hay inmigrantes de Egipto, Camerún, Senegal, Nigeria, Costa de Marfil, Bangladés, Ghana, Marruecos y Togo.
Por su parte, el analista internacional David Romero Díaz opina que ACNUR debe contar con más medios para abordar la cuestión migratoria. A su juicio, es necesario construir grandes campos de refugiados cerca de los países limítrofes con las zonas de conflicto. Romero Díaz pone como ejemplo a Rusia y Polonia, que están acogiendo a los refugiados ucranianos, que "están olvidados por parte del 'establishment' europeo".