El periodista británico Michael Cole escribió para The Daily Mail un artículo en el que recuerda el día de la muerte de Elvis Presley, un 16 de agosto de hace 41 años. En aquella época, Cole trabajaba como corresponsal de la cadena británica BBC en Washington cuando recibió la trágica noticia del fallecimiento del 'rey del rock'. Ese mismo día, Cole, junto con su camarógrafo Bob Grevemberg, se dirigió a Graceland, la mansión de Elvis en Memphis, Tennessee.
A Cole le sorprendió que nadie en la ciudad hablara de la muerte de su habitante más célebre. Tampoco vio a gente frente a la mansión. "Me di cuenta de que Elvis era una estrella más grande en el Reino Unido que en Estados Unidos", explica el periodista. Poco después, un ayudante del 'sheriff' de Memphis se acercó a Cole y le dijo que la familia Presley "le había ordenado invitarlo a ver el difunto".
"No estaba seguro de querer ver al muerto pero, en interés de la investigación periodística, accedí. El ayudante del 'sheriff' me tomó por el codo y (…) me condujo a través de las puertas hasta una escena que nunca olvidaré", relata Cole.
"Lo más sorprendente era el tamaño de su cara"
En la sala, Cole vio un ataúd colocado sobre unos caballetes "donde yacía muerto a la edad de 42 años el mejor cantante del siglo XX", y a los miembros de la familia Presley: su exesposa Priscilla, su hija Lisa Marie y su padre Vernon. El periodista estrechó la mano a los familiares y les expresó sus condolencias. El camarógrafo no estaba autorizado para filmar en la mansión.
"Resulté ser la primera persona invitada a Graceland, la casa que Elvis Presley solo dejaba para dar un concierto o grabar un disco, desde su muerte. ¿Qué aspecto tenía Elvis? No muy bueno. (…) Lo que más me sorprendió fue el tamaño de su cara. Tenía la forma de una sandía muy grande y estaba pálida como la muerte. Supuse que las drogas habían causado la hinchazón", cuenta Cole. De acuerdo con los documentos revelados más tarde, en el momento de su muerte en el cuerpo de Elvis había restos de 14 drogas diferentes.
Cole confesó que quedó decepcionado por el pelo de Elvis, ya que para él, igual que para los fans del rockero, "su cabello revuelto era parte de su atractivo rebelde", mientras que en el ataúd "su pelo había sido peinado".
Origen de la teoría conspirativa
"Filmamos el cortejo fúnebre (…) E informé de que había mucha gente en Memphis que no creía que Elvis hubiera muerto realmente. Había especulaciones, pese a las declaraciones de los médicos y un forense, de que podía haber fingido su propia muerte y esconderse", dijo Cole. El 1997 el periodista se dio cuenta de que probablemente fue él quien generó la ola de teorías de la conspiración sobre Elvis cuando le llamaron para entrevistarle sobre el reportaje que hizo en 1977.
"Lo que no preguntaron fue cómo podía saber con certeza que era Elvis el que estaba en el ataúd. Es evidente que no podía saberlo. Nunca lo había visto en carne y hueso antes de esa mañana", agregó el periodista.