Un estudio de ingeniería encargado por el operador de autopistas Autostrade per l'Italia el año pasado ya advirtió sobre el estado de los tirantes que sostenían el puente Morandi que se derrumbó el pasado 14 de agosto en Génova, informa Corriere della Sera.
En noviembre de 2017, ingenieros en la Universidad Politécnica de Milán concluyeron que los tirantes de la sección del puente que se vino abajo reaccionaban a las vibraciones "de una manera que no concuerda totalmente con las expectativas y requiere una mayor investigación" e indicaron que esa anomalía podría estar relacionada con la corrosión del metal con el que estaban construidos.
Solo un mes antes del estudio, Autostrade per l'Italia afirmó, en respuesta a la preocupación de los habitantes de las casas que se encuentran debajo del puente Morandi, que el viaducto en la sección donde se encuentra el puente no presentaba "ningún problema estructural", según Il Post.
Hasta el momento, la caída de esta infraestructura se ha cobrado la vida de 39 personas y ha dejado decenas de heridos.