Científicos universitarios de Corea del Sur han encontrado una manera de detectar tempranamente el párkinson a partir de unos cambios que se producen en el ojo humano. En las primeras fases de la enfermedad, la retina se hace más fina a causa de la muerte múltiple de tejido neuronal, según explica un comunicado difundido esta semana por la Academia Estadounidense de Neurología.
El autor principal de la investigación, Jee-young Lee, doctor de la Universidad Nacional de Seúl, afirma que escanear los ojos del paciente es suficiente para detectar este trastorno degenerativo, que hasta el momento es incurable. Su equipo llegó a esta conclusión tras un examen comparativo practicado a 49 personas mayores ya diagnosticadas con párkinson (pero que aún no tomaban ninguna medicación) y a otras 54 que nunca habían presentado síntomas de la enfermedad.
Así los investigadores constataron que en las personas diagnosticadas se hacían menos consistentes especialmente dos capas interiores de las cinco que tiene la retina: en los enfermos, el espesor medio de estas capas eran de 35 micrómetros, mientras que en los participantes sanos era de 37.
Lee destaca que este estudio es "el primero en advertir este vínculo" y admite que será necesario confirmar los resultados obtenidos por medio de más experimentos de mayor escala.