El fenómeno STEVE, que en 2016 llamó la atención por sus llamativas cintas púrpuras brillantes en el cielo (en vez de las verdes de una aurora 'normal') no es, en realidad, una Aurora Borealis, según lo han podido determinar investigadores canadienses, informa Science Alert.
STEVE, que se corresponde con las siglas en inglés 'Strong Thermal Emission Velocity Enhancement' ('Fuerte Aumento de la Velocidad de Emisión Térmica'), era un fenómeno conocido desde hace décadas por los fotógrafos y los cazadores de auroras, pero solo hace dos años sorprendió a la comunidad científica, gracias al grupo de entusiastas canadienses Alberta Aurora Chasers.
En un primer momento se creyó que STEVE era variante rara de una aurora normal, que se forma por la interacción de las partículas cargadas de viento solar con las moléculas de la atmósfera terrestre.
Sin embargo, el 28 de marzo de 2008, cuando pudo observarse el fenómeno, un satélite orbital de la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica que llevaba un instrumento para medir partículas cargadas en la ionosfera no detectó estas partículas, por lo que los investigadores canadienses concluyen que se trata de un fenómeno celestial de naturaleza distinta.
"Nuestra principal conclusión es que STEVE no es una aurora", declaró la física Bea Gallardo-Lacourt de la Universidad de Calgary, en Canadá.
"En este momento, sabemos muy poco al respecto", continúa Gallardo-Lacourt. "Y es genial, porque esto era conocido por los fotógrafos durante décadas, pero para los científicos es completamente desconocido", explica.
De momento, la nueva anomalía ha sido bautizada como 'Skyglow' y los investigadores, cuyo trabajo científico completo puede verse en la revista Geophysical Research Letters, planean seguir estudiándola para saber más de ella.