El papa Francisco, que llegó este sábado a Irlanda en visita oficial, ha declarado que comparte la indignación por el fracaso de las autoridades eclesiásticas a la hora de castigar los "crímenes repugnantes" de sacerdotes que cometieron abusos sexuales contra niños.
En un discurso ante las autoridades irlandesas, el pontífice ha compartido su "sufrimiento y vergüenza" por los crímenes sexuales perpetrados contra niños, y ha reconocido "el grave escándalo" causado en Irlanda por los abusos de menores por parte de miembros de la Iglesia "encargados de protegerlos y educarlos".
"El fracaso de las autoridades eclesiásticas al afrontar estos crímenes repugnantes ha suscitado justamente indignación y permanece como causa de sufrimiento y vergüenza para la comunidad católica", ha señalado Francisco. "Yo mismo comparto estos sentimientos", recalcó.
El líder de la Iglesia católica ha expresado su esperanza de que "la gravedad de los escándalos de los abusos, que han hecho emerger las faltas de muchos", sirva para poner de relieve "la importancia de la protección de los menores y de los adultos vulnerables por parte de toda la sociedad".
"De las palabras a los hechos"
Por su parte, el primer ministro irlandés, Leo Varadkar, ha pedido al sumo pontífice que utilice su "posición" e "influencia" para garantizar que se haga "justicia" en los casos abusos "en Irlanda y en el mundo entero".
"Las heridas siguen abiertas y queda mucho por hacer para lograr justicia, verdad y curación para las víctimas y los sobrevivientes", aseguró Varadkar, insistiendo en la necesidad de que "después de las palabras sigan los hechos".
- Durante su viaje de dos días a Irlanda, se prevé que Francisco se reúna con víctimas de abusos sexuales a manos de sacerdotes de la Iglesia católica. El portavoz del Vaticano, Greg Burke, precisó que la reunión no será anunciada hasta que no termine y que las víctimas decidirán si quieren hablar después del encuentro.
- La visita papal tiene lugar en medio del escándalo causado por un nuevo informe de la Fiscalía General de Pensilvania (EE.UU.) que describe abusos cometidos por alrededor de 300 sacerdotes contra más de 1.000 niños en las diferentes diócesis de ese estado.