Crece la tensión en torno a la provincia siria de Idlib, en el noroeste del país, donde se han atrincherado numerosas agrupaciones islamistas que rechazan deponer las armas. El Ministerio de Defensa sirio han prometido que, sí o sí, esta zona también será liberada del yugo yihadista. "Idlib será liberada por la fuerza o por acuerdos bilaterales", ha afirmado el ministro de Defensa de Siria, Ali Abdullah Ayyub.
Se prepara un montaje para tratar de impedir que el Ejército sirio conquiste Idlib
Al mismo tiempo, desde el Ministerio de Defensa de Rusia han advertido que en la zona de distensión de Idlib se prepara una provocación con armas químicas con la intención de acusar a Damasco. Según ha informado este domingo el representante oficial del Ministerio ruso de Defensa, el general mayor Ígor Konashénkov, se planea realizar un ataque químico en los próximos dos días en el municipio sirio de Kafr Zita, provincia de Hama.
Sobre la situación en Idlib, el analista internacional Iñaki Urrestarazu Aizpurua ha indicado que se trata de "una de las últimas fases de la guerra de Siria contra el terrorismo y contra la invasión de las potencias occidentales". Idlib es "el más importante de los últimos reductos que quedan por liberar", ha destacado el analista.
Al mismo tiempo, Urrestarazu ha señalado que mientras Damasco se prepara para la recuperación de la zona, desde Occidente se habla de que "pudiera ser posible que se dé un ataque químico por parte del Ejército sirio, cuando en realidad son ellos, por las informaciones que existen, los que parece ser que están preparando un ataque químico para repetir el escenario de Guta Oriental hace poco, en Alepo hace un año, y de Guta Oriental hace cinco años". El objetivo sería acusar a Damasco de la agresión y responder "de manera dura y contundente". "Están preparando un montaje para tratar de impedir que el Ejército sirio conquiste Idlib", ha advertido el experto.
Por otra parte, al comentar el papel de Turquía, Urrestarazu ha indicado que Ankara tiene sus "propios intereses" que consisten en convertir las provincias de Idlib y Alepo en "una especie de protectorado turco" y crear así una franja fronteriza "de protección" ante el problema kurdo.