Kim Jong-un espera que un mejoramiento en las relaciones internacionales en torno a Pionyang le permita finalmente construir un ferrocarril de alta velocidad en Corea del Norte, un proyecto anhelado tanto por el líder norcoreano como por sus predecesores hace décadas.
Según reporta Reuters, Kim ha instruido a sus funcionarios para que busquen alianzas con países como Corea del Sur y Francia con el objetivo de modificar la anticuada infraestructura norcoreana y desarrollar nuevas líneas ferroviarias, que a su vez impulsarían el comercio y el turismo desde la península hacia Rusia, China y más allá.
En concreto, Pionyang pretende aliarse con la operadora nacional francesa de ferrocarriles SNCF, así como con la compañía francesa Alstom, creadora de los icónicos trenes bala TGV. Sin embargo, desde SNCF afirman que tal cooperación actualmente "no es concebible" dado el contexto de sanciones que rodea a Corea del Norte.
Alstom, por su parte, negó mantener contactos o discusiones con representantes norcoreanos, pero Corea del Sur, que adoptó la tecnología de esa empresa para sus trenes bala KTX introducidos en 2004, ve potenciales beneficios en una cooperación con su vecino.
"En el pasado, el proyecto ferroviario intercoreano simplemente conectaba líneas desconectadas, pero ahora se trata de [...] crear valor económico", indicó Ahn Byung-min, miembro del comité presidencial surcoreano sobre cooperación económica con Pionyang.
En cuanto a la creación de un tren bala, Ahn aclaró que, "de manera realista, solo aparecerá más adelante en la agenda porque implica mucho dinero", que los expertos y ejecutivos ferroviarios estiman en unos 20.000 millones de dólares a lo largo de cinco años de construcción.
Por su parte, Kim expresó públicamente su admiración por los ferrocarriles de Corea del Sur, aproximadamente seis veces más veloces que los del Norte, durante la cumbre intercoreana en abril.