El exmandatario brasileño Luiz Inácio Lula da Silva reiteró este martes su inocencia y calificó de "venganza política" el veto que le impide presentarse como candidato a la presidencia.
"Hace más de cinco meses estoy preso injustamente. No he cometido ningún crimen y he sido condenado por la prensa mucho antes de ser juzgado (...) Mi condena es una farsa judicial, una venganza política, siempre usando medidas de excepción contra mí", escribió Lula en una carta leída por su sucesor, Fernando Haddad.
La lectura de la misiva en un acto al frente de la sede de la Policía Federal, en Curitiba, fue la oficialización de la decisión de sustituir a Lula en el tarjetón, que ya se había tomada horas antes en la cúpula del Partido de los Trabajadores (PT): Haddad será el candidato a la presidencia y Manuela D'Avila su compañera de fórmula en la vicepresidencia. Hasta hoy había plazo para cambiarlos en el tarjetón electoral.
Para el exmandatario, el Tribunal Superior Electoral incurrió en una "injusticia" al impedirle entrar a la carrera presidencial aun cuando un mandato del Comité de Derechos Humanos abogó para que el Estado le garantizara sus derecho a la participación política. La decisión del Poder Judicial está basada en la Ley de Ficha Limpia, que le impide a una persona aspirar a un cargo de elección si tiene una condena en segunda instancia.
"Por acción, omisión y demora, el Poder Judicial brasileño privó al país de un proceso electoral con la presencia de todas las fuerzas políticas. Anularon el derecho del pueblo a votar libremente. Ahora quieren prohibirme hablar al pueblo y hasta aparecer en la televisión. Me censuran, como en la época de la dictadura", denunció.
No obstante, el exmandatario pidió el apoyo de la militancia del PT a Haddad para garantizar la continuidad del proyecto político: "Él será mi representante en esta batalla para retomar el rumbo del desarrollo y la justicia social".
Lula se encuentra preso desde abril de este año en una cárcel de Curitiba, después de haber sido condenado por delitos de corrupción y lavado de dinero por un apartamento de lujo que el juzgado nunca pudo comprobar que fuera de su propiedad.