Fenómenos sociales como la pobreza y la falta de seguros en las construcciones han sido dos de los principales factores que han complicado la reconstrucción de la Ciudad de México tras el terremoto del 19 de septiembre de 2017, según el ingeniero Francisco García Jarque, experto en estructuras y sismos.
El ingeniero cobró notoriedad tras el terremoto, gracias a un video de Youtube en el que describe con singular claridad la razón por la cual diferentes tipos de aceleraciones en el suelo provocan diferentes tipos de daños en edificios grandes y pequeños.
Y esto se debe a que periodos de oscilación grandes afectan a edificios con mayor número de pisos, mientras que periodos más cortos afectan a estructuras de menor altura.
"Si bien es cierto que pudo haber vicios constructivos y estructuras inadecuadamente diseñadas, no consideramos que este sea el aspecto más importante y significativo en el comportamiento de los edificios, ya que las estructuras dañadas fueron diseñadas antes de 1985. Lo verdaderamente importante en este caso fueron las condiciones de excitación sísmica en donde las frecuencias fueron mayores y los periodos menores, que afectaron a cierto tipo de estructuras", señala García Jarque en entrevista con RT.
De este modo, explica el ingeniero, el terremoto de 2017 afectó principalmente edificios de entre 6 y 10 pisos de altura, debido al los periodos oscilatorios que ocurrieron en el subsuelo.
A un año del terremoto del 19-S que sacudió la Ciudad de México, el experto considera que la experiencia adquirida tras el terremoto de 1985 –que dejó 3.192 muertos, en comparación a los 370 decesos que ocasionó el terremoto de 2017, según cifras oficiales– impidió que los daños fueran mayores.
"De los 44 colapsos, solo una de las estructuras fue diseñada con reglamentos posteriores al sismo de 1985, todas las restantes, fueron estructuras cuyo diseño era anterior y con criterios de estructuración que actualmente ya no se utilizan o no deberían de utilizarse. Lo anterior implica que el comportamiento de los edificios, a pesar de las condiciones de excitación sísmica, fue favorable", sostiene el experto.
Sin embargo, más allá de los aspectos técnicos, para García Jarque el mayor problema en torno a la reconstrucción de la Ciudad de México tiene que ver con aspectos sociales.
"Evidentemente nos hemos percatado de problemas sociales importantes y significativos en la mayoría de los daños de los edificios construidos, el aspecto más importante consiste, quizá, en una falta de previsión de los seguros que debe tenerse y limitaciones económicas para rehabilitar las estructuras a los conocimientos actuales", comenta.
En este sentido, señala el ingeniero, el principal problema es que "los habitantes no disponen de medios económicos que les permitan adecuar sus edificios que presentaron daños por desplazamiento, en los elementos no estructurales, y que les permitan rehabilitarlos y adecuarlos a las condiciones reglamentarias actuales".
El daño estructural del terremoto
De acuerdo con García Jarque, el gobierno de la Ciudad de México ha propiciado mejores condiciones para conocer a fondo los efectos de los terremotos en las diferentes zonas de la urbe, lo cual ha favorecido mejores prácticas de prevención frente a los sismos.
Esto, a pesar de que algunas investigaciones en torno al colapso de los sismos, como la realizada por la organización Mexicanos Contra la Corrupción y la Impunidad, han señalado que el derrumbe de varios edificios fueron provocados por omisiones del gobierno a la hora de hacer respetar los reglamentos de construcción de los edificios.
En este sentido, García Jarque considera que algunos problemas que todavía prevalecen han sido previstos en el nuevo reglamento de construcción que se emitió en diciembre de 2017. Sin embargo, considera que es necesario hacer una revisión más a fondo sobre la vulnerabilidad de algunos edificios.
"Somos conscientes del problema grave en el que se encuentran muchísimos edificios ya construidos en la Ciudad de México, y es conveniente e importante estimar la vulnerabilidad de muchos de ellos, principalmente los que se construyen con mayor intensidad, que son los edificios donde en la parte inferior se estacionan vehículos y la parte superior es habitable. A esta estructura se le denomina de entrepiso blando y son vulnerables a la excitación sísmica", comenta.
El ingeniero explica que muchos edificios diseñados antes de 1985, estaban construidos con marcos rígidos y "losas planas" que los hacían estructuralmente muy resistentes pero, al mismo tiempo, vulnerables ante los sismos, por lo que a partir de entonces se generaron cambios en los reglamentos de construcción que impidieron que el daño sufrido en el terremoto del 19-S de 2017 hubiera sido mayor.
El experto también estimó que "es muy importante que la sociedad considere la importancia del riesgo que se corre en zonas sísmicas y se concientice en los seguros que cubran los daños que se puedan llegar a presentar en sus viviendas".
Manuel Hernández Borbolla