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Día histórico: ¿De qué va la primera Constitución de Ciudad de México?
Este 17 de septiembre de 2018, Ciudad de México estrenó su nueva Constitución y aunque avanza en el camino de reconocimiento de los derechos, también plantea nueva burocracia y su cumplimiento, en algunos casos, no está garantizada.
Después de 194 años, Ciudad de México, al centro del país, es por fin una entidad propia y no una división administrativa. Este 17 de septiembre de 2018 entró en vigor la primera Carta Magna de la ciudad, con la que se dota de su propia estructura, gobierno y organización.
Con la Constitución CDMX, una de la más jóvenes de Latinoamérica, las llamadas delegaciones, ahora serán alcaldías, las cuales se conservan en número, 16, y mantienen sus mismos nombres: Álvaro Obregón, Azcapotzalco, Benito Juárez, Coyoacán, Cuajimalpa de Morelos, Cuauhtémoc, Gustavo A. Madero, Iztacalco, Iztapalapa, Magdalena Contreras, Miguel Hidalgo, Milpa Alta, Tláhuac, Tlalpan, Venustiano Carranza y Xochimilco.
La Constitución, que se aprobó el año pasado, está conformada por 71 artículos y con ella se crea el Congreso local, antes Asamblea Legislativa del Distrito Federal (ALDF), y preserva los derechos como la interrupción legal del embarazo, todas las manifestaciones de convivencia familiar, el derecho a una muerte digna y el uso medicinal de la marihuana.
Pero también protege el secreto profesional de periodistas, permite la libre protesta social, la revocación de mandato a todos los servidores públicos electos y elimina el fuero, por lo que los funcionarios son responsables por los delitos que llegaran a cometer en funciones.
Sin embargo, pocos ciudadanos la conocen o saben muy poco de ella. En un breve sondeo, el 73% de los participantes dijo no saber nada sobre la nueva Constitución, mientras que 27% manifestó saber muy poco.
Aunque la Constitución reconoce nuevos derechos no garantiza su cumplimiento, porque la Ciudad de México no tiene gestión sobre algunos de ellos, como el derecho a la Educación o el derecho al agua.
Además de que crea nueva burocracia, explica Gustavo López Montiel, profesor de Ciencias Sociales y Gobierno del ITESM, una reconocida universidad privada de México.
"Sin una Constitución, la Ciudad de México tendría una posición de más privilegio en cuanto a otros estados del país, sin necesidad de tanta regulación, en cambio se creó nueva burocracia que a la larga puede resultar más cara a partir de la nueva Constitución", apunta López Montiel.
Un documento histórico
El documento de 71 artículos está integrado por ocho títulos: principios constitucionales, carta de derechos, desarrollo sostenible de la ciudad, ciudadanía y ejercicio democrático, distribución del poder, buena administración, relación con el gobierno federal y reformabilidad, progresividad e inviolabilidad de la Constitución.
De ella destaca que Ciudad de México se asume como una ciudad refugio para migrantes (artículo 1); reconoce el derecho individual y colectivo a la memoria, a la verdad y a la justicia por hechos del pasado en su artículo 5.
Con esta Constitución, Ciudad de México se vuelve pionera al reconocer varios derechos en el artículo 6, como el derecho a la muerte digna; los derechos de las familias en todas sus manifestaciones y estructuras, y el reconocimiento a que toda persona tiene derecho a decidir de manera libre, voluntaria e informada tener hijos o no.
Destaca también que en el artículo 7 garantiza protección y seguridad para el libre ejercicio del periodismo, la disidencia y el pensamiento crítico, y establece el derecho a la protesta social, prohíbe su criminalización y garantiza el respeto a los derechos de quienes lo ejerzan.
Es el artículo 9 el que permite el uso médico y terapéutico de la marihuana, y reconoce el derecho al agua, a su saneamiento, a su gestión social y prohíbe su privatización. Algunos lugares de Ciudad de México, como Iztapalapa, en el oriente, la falta de agua es histórica y ha llegado a niveles que provocan que camiones que la transportan para su reparto sean secuestrados.
Es, explica el especialista, una Constitución muy amplia, en términos de sus capacidades y de los derechos que incorpora, pero algunos quedan a merced del gobierno federal o de la disponibilidad de los recursos, así mismo la facultades del jefe de gobierno –máxima autoridad de la ciudad—y del Congreso local son limitadas en comparación con los otros 31 estados que integran México.
Por ejemplo, el derecho a la Educación continuará siendo competencia del gobierno de México, a través de la Secretaría de Educación Pública.
También plantea el ordenamiento territorial de la ciudad con base en un plan de desarrollo a 20 años e incorpora límites para la edificación y el desarrollo urbano. El sismo del 19 de septiembre de 2017 evidenció las irregularidades en las normas de construcción y violaciones a usos de suelo en Ciudad de México.
En este sentido, la Constitución prevé consultas ciudadanas cuyos resultados serán obligatorios para la autoridad sobre obras públicas que impacten en el entorno de la ciudad.
La posibilidad de remover autoridades
El documento otorga a los ciudadanos el derecho para revocar el mandato a las autoridades y se elimina el fuero, es decir las personas servidoras públicas son responsables por los delitos que cometan durante el tiempo de su encargo.
Los ciudadanos también podrán iniciar leyes, participar en referéndum y plebiscito, elaborar presupuestos participativos, así como registrar candidaturas sin partido para cargos públicos.
El Gobierno de Ciudad de México reconoce además la autonomía para el gobierno de los pueblos indígenas y el derecho a la consulta sobre sus tierras, territorios y recursos. De esta forma establece el derecho a la consulta de los pueblos indígenas sobre cualquier acto administrativo o legislativo que les afecte.
Largo camino
Con el surgimiento del México independiente, en 1824, se decidió la creación de un Distrito Federal como capital del país, el cual estuvo sometido a los poderes nacionales que en él establecieron su sede. Fue durante el primer tercio del siglo 20, que suprimieron las municipalidades, lo que implicó un retroceso en la descentralización política de la ciudad. Posteriormente, se realizaron reformas para convertir a la capital del país en un departamento administrativo, como básicamente permaneció hasta ahora.
Sin embargo, protestas estudiantiles en el entonces Distrito Federal en los años 2000 y 2010 volvieron a abrir la discusión legislativa sobre la necesidad de reconocer la autonomía de la ciudad para dotarla de una Constitución propia.
Fue hasta 2013, que el entonces jefe de gobierno de Ciudad de México presentó al Congreso una iniciativa para hacer una reforma política de la capital mexicana.
Tras varios debates, el 15 de diciembre de 2015 fue aprobada esta reforma y publicada el 29 de enero de 2016.
Ahora había que redactar la Constitución. Para ello, se integró el 5 de febrero de 2016 un Grupo Redactor.
Durante más de tres años, se emprendió una amplia consulta sobre la reforma política y los contenidos que debería tener la Constitución local.
Paola Morales
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