El TLCAN por el que apuesta México ante las reglas de Trump

Sin las cartas bien puestas sobre la mesa, México va por un tratado de libre comercio con EE.UU., pese a no lograr una negociación deseada y jugar en los términos del mandatario estadounidense.

Sin la certeza aún de que se firme el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) –pese a que el presidente de EE.UU., Donald Trump, anunció que había llegado a un principio de acuerdo con México el pasado 27 de agosto–, y sin la seguridad de que el presidente de México, Enrique Peña Nieto, sea quien lo signe debido al cambio de gobierno en aquel país, expertos coinciden en que es mejor tener una negociación disminuida a no tenerla.

De acuerdo a investigadores convocados por el Centro de Investigación y Docencia Económicas (CIDE), una universidad pública de investigación y un 'think tank' especializado en ciencias sociales ubicado México, la renegociación del TLCAN que alcanzó México es necesaria, aunque no la deseada.

Lo dicen en el sentido de que así México podrá protegerse de una Administración que está llevando una política comercial nacionalista y aislacionista como la de Donald Trump, quien este 17 de septiembre, por ejemplo, anunció la introducción de nuevos aranceles del 10% a las importaciones de China por valor de 200.000 millones de dólares anuales. La medida entrará en vigor a partir del 24 de septiembre.

Después de 24 años, las circunstancias que impulsaron las primeras negociaciones del TLCAN han cambiado, entonces se buscaba la creación de una zona de libre comercio con una mayor competitividad que fortaleciera la región de América del Norte para que pudiera hacerle frente a otras regiones como Europa y Asia Pacífico.

En cambio, de acuerdo con la doctora Luz María de la Mora, los objetivos de las recientes negociaciones del TLCAN están divididos. Por una parte, México y Canadá pretenden que este tratado continúe como un motor de crecimiento y empleo, que profundice en la liberación comercial y la integración productiva; por su parte, EE.UU. entró con miras a reducir el déficit, devolver empleos y proteger su mercado con una visión nacionalista, aislacionista y mercantilista.

Lo anterior es visto por los analistas como una imposición de la agenda de EE.UU en la renegociación del TLCAN sobre la de México y Canadá.

Un repaso a la tensa renegociación

El 18 de mayo de 2017, Donald Trump solicitó la renegociación. Fue el 17 de julio que Trump entregó al Congreso de su país los objetivos que buscaba y así, el 16 de agosto, comenzó el proceso de negociación.

Fueron siete rondas de negociación que se realizaron durante un año, hasta que el pasado 27 de agosto de 2018 se llegó a un acuerdo, en principio bilateral, entre EE.UU. y México.

Sin embargo, Antonio Ortiz, exministro para Asuntos Económicos de la Embajada de México en Washington D.C., apunta que lo único que México tiene asegurado es un acuerdo en principio con EE.UU., pues aún hace falta terminar de negociar algunos temas tanto bilaterales como otros de índole trilateral.

Se espera que Canadá se sume al acuerdo antes del 30 de septiembre, fecha acordada para publicar el texto del Tratado de Libre Comercio de América del Norte.

En caso de que Canadá no se sumara a este acuerdo se podría complicar, en específico, la regla de origen en el sector automotriz, la cual estipula que el valor agregado regional debe ser de 75%, donde el 40% debe provenir de zonas con salarios de 16 dólares por hora (esto implicaría que tendrían que ser de EE.UU. o Canadá).

Será este 19 de septiembre que la ministra de Relaciones Exteriores de Canadá, Chrystia Freeland, sostenga nuevas conversaciones con el representante comercial de EE.UU., Robert Lighthizer, respecto al TLCAN.

Las rondas

En qué está el TLCAN

Para Luz María de la Mora, México aún está en un proceso de definición con este tratado, pues debe responder "a las nuevas realidades de la economía norteamericana", pues se está "ante una agenda comercial de parte de EE.UU. que está haciendo cambios en algunas áreas para modernizar el acuerdo; por ejemplo, incluir disciplinas en comercio electrónico que hace 25 años no existían. Pero hay otras donde sí vemos un comercio más acotado, un comercio más administrado, con requisitos más estrictos".

Ante ese panorama, De la Mora advierte de un tratado con cambios positivos y de otras restricciones importantes.

Mientras que para Ortiz Mena el acuerdo comercial al que llegue México y EE.UU. deberá contener mecanismos de solución de controversias muy claros y efectivos, pues ve una Organización Mundial de Comercio (OMC) debilitada.

También deberá mantener una plataforma de producción, sobre todo de manufactura en América del Norte, "la cual estaría en riesgo sin el TLCAN, sobre todo si EE.UU. sigue imponiendo barreras comerciales sobre la base de supuestas amenazas a la seguridad nacional", dijo. 

Este 17 de septiembre, el Senado mexicano informó sobre la integración de un grupo de legisladores que darán acompañamiento para las negociaciones del TLCAN.

La negociación formal del TLCAN, que fue impulsada desde su origen por México, comenzó el 1 de junio de 1991, aunque no fue hasta diciembre de 1992 que el entonces presidente mexicano Carlos Salinas de Gortari firmó el acuerdo comercial con sus homólogos George Bush (EE.UU) y Brian Mulroney (Canadá).

Paola Morales