Sin transporte, sin bancos, sin clases, con guardias mínimas en los hospitales y centros de salud. Así amaneció este martes Argentina en el marco de la huelga general convocada por la Confederación General del Trabajo (CGT) y que fue acompañada por las dos Centrales de Trabajadores de la Argentina (CTA).
De hecho, estas dos últimas junto a la Confederación de Trabajadores de la Economía Popular (CTEP), movimientos populares y partidos políticos de izquierda comenzaron la protesta 12 horas antes, al mediodía del lunes.
En una jornada no exenta de tensiones con la policía –sobre todo en el Puente Pueyrredón, al sur de la Ciudad de Buenos Aires– se hizo una movilización a la Plaza de Mayo como anticipo del paro nacional.
El rechazo del Gobierno
Del lado del Ejecutivo quién se refirió a la medida de fuerza fue el ministro de Producción, Dante Sica. Desde la Casa de Gobierno declaró en rueda de prensa que "no es un momento oportuno" para un paro. "Genera una pérdida de producción y una pérdida a muchos trabajadores que no van a tener transporte y que quieren ir a su trabajo", dijo.
Finalmente opinó que "algunas organizaciones ponen por delante los intereses políticos más que la defensa de los trabajadores, pero eso quedará en el análisis de cada uno de ellos".
A su vez el ministro de Transporte, Guillermo Dietrich, consideró que "hay una Argentina que queremos dejar atrás, la de las actitudes cuasi mafiosas, del que hace algo distinto a lo que yo quiero, entonces voy y activo la violencia, y eso cada vez sucede menos".
Contra el FMI y el ajuste
Más de 200 sindicatos, nucleados en la CGT y las dos CTA adhieren a la huelga. Además cuentan con el respaldo de la CTEP que reúne a quienes trabajan en cooperativas o se han generado sus propios trabajos ante la falta de oferta laboral.
"Hay dos millones de personas que no llegan al final del día. Ya no estamos hablando de llegar a fin de mes, estamos hablando del día", había argumentado el domingo el diputado y dirigente de la CTA, Hugo Yasky. La referencia es a los recientes datos que aseguran que son más de 1.800.000 las personas sin trabajo en Argentina.
Por su parte Carlos Acuña, uno de los tres secretarios generales de la CGT, subrayó: "El mensaje al Gobierno es que escuche la voz del pueblo". "En los discursos dicen que vamos bien y la prueba que no es así está a la vista de todo el mundo", agregó.
"Salimos a las calles para confluir en la movilización protagonizada por una enorme parte del movimiento de trabajadores, en el marco del paro convocado por las centrales sindicales", explicó a este medio José Luis Farías, delegado de la Asociación de Trabajadores del Estado (ATE) en la Secretaría de Trabajo. A su vez, apuntó que rechazan "el ajuste del Gobierno nacional y del Fondo Monetario Internacional (FMI)".
Cabe recordar que, recientemente, el presidente Mauricio Macri decidió llevar a cabo una reducción de su Gabinete que incluyó, entre otras cosas, degradar el histórico Ministerio de Trabajo a la categoría de Secretaría. Al respecto Farías señaló: "Los y las estatales salimos a rechazar el desguace del Estado y de las políticas públicas y el enorme deterioro de nuestros salarios".
"Rechazamos está desjerarquización sabiendo que este hecho representa un enorme peligro para nuestros puestos de trabajo y para los derechos del conjunto del movimiento obrero", completó.
A su vez Victoria García, secretaria de géneros de ATE-Conicet en la Ciudad de Buenos Aires, analizó que se está "atravesando una crisis económica que se profundiza cada vez más". "Como pueblo argentino no estamos dispuestos a seguir pagando los costos nosotros, por eso nos movilizamos ampliamente y en unidad", añadió.
El objetivo es "expresar muy fuerte el descontento cada vez más grande con las políticas de este Gobierno y lo volvemos a decir en las calles como sabemos hacerlo los trabajadores y trabajadoras", concluyó.
Santiago Mayor