Un grupo de investigadores liderados por la Universidad Autónoma de Barcelona ha conseguido identificar una molécula, denominada SynuClean-D, que paraliza el proceso que desencadena la enfermedad de párkinson e incluso la revierte.
Aunque no quiere dar falsas esperanzas a los pacientes, el catedrático y coordinador del proyecto, Salvador Ventura, explica a este medio que lo que han hallado "estamos convencidos de que merece mucho la pena". Para ejemplificarlo, afirma que en su caso particular lleva más de 22 años investigando y que no ha tenido "nunca en las manos algo así".
De momento se trata de una fase muy inicial de la investigación, pues los ensayos se han estado realizando en gusanos 'Caenorhabdiis elegans'. Sin embargo, se trata de un gran avance para una enfermedad que hasta la fecha no tiene ninguna cura, tan solo se ha conseguido ralentizar. Además, los medicamentos que hay en la actualidad, que son sintomáticos, dejan de funcionar al cabo de algunos años.
Una proteína con futuro
A partir de los 65 años, entre el 2 y el 5% de la población mundial padecerá párkinson. Por eso, investigaciones como esta son tan importantes.
Lo que los investigadores saben hasta ahora es que hay una proteína que se agrega (se empieza a unir a sí misma) en las neuronas dopaminérgicas en forma de fibras amiloides. Y es este proceso el que desencadena el comienzo de la enfermedad neurodegenerativa.
Precisamente, "la idea es que si paramos el proceso de agregación, se podría parar el párkinson en los estadios iniciales", ilustra Ventura. Para ello, los investigadores han estado analizando 14.000 moléculas, para aislar en un primer momento 40 de ellas y finalmente quedarse con la que acaban de publicar en la revista científica Pnas.
Además, el científico señala que lo más significativo es que no solamente puede frenar el desarrollo de la enfermedad, sino que incluso es capaz de revertir el daño una vez que se ha producido.
En busca de fondos
Aunque la investigación avanza de una manera exitosa, el mayor obstáculo con el que se encuentra es la consecución de fondos. Así, tras esta primera fase con gusanos deberían abordar la siguiente y probarse en un modelo de mamíferos. Sin embargo, según Ventura, para ello "hace falta medio millón de euros". De conseguir los fondos, en un año podrá estar también probado en ese modelo.
Después llegaría la fase preclínica en humanos, es decir, otros cinco millones de euros. En total, podríamos estar hablando de 5 años. Aunque el desarrollo de un posible medicamento se demoraría mucho más al entrar en juego, según afirma el investigador, además del cumplimiento de la legalidad vigente y de los numerosos protocolos y estudios, los intereses económicos: encontrar a quien quiera y pueda hacerse cargo del desarrollo fármaco.
Nuria López