Un grupo de científicos liderado por el astrónomo Jakob van den Eijnden de la Universidad de Ámsterdam (Países Bajos) ha descubierto una estrella de neutrones única que emite chorros de plasma relativistas a pesar de que tiene un campo magnético demasiado fuerte. La estrella es parte del sistema binario Swift J0243.6+6124, ubicado a 24.000 años luz de la Tierra, en la constelación de Casiopea.
Hasta el momento, los chorros relativistas solo habían sido observados en las estrellas de neutrones, estrellas muertas ultradensas con campos magnéticos 1.000 veces más débiles.
Los agujeros negros son más densos que las estrellas de neutrones y su gravedad es tan potente que ni siquiera la luz puede escapar de ellas. Las estrellas de neutrones también tienen un potente campo gravitacional. En el Swift J0243.6+6124, descubierto en octubre de 2017 por el Observatorio Swift, el material de una estrella más grande es absorbido por la estrella de neutrones, cuyo campo magnético es 10 billones de veces más fuerte que el del Sol.
La sustancia que fluye hacia la estrella de neutrones forma un disco de acreción y desde los polos de la misma se expulsan chorros de partículas ionizadas que alcanzan velocidades cercanas a la de la luz. Los científicos registraron ondas de radio del Swift J0243.6+6124 que indican la existencia de estos chorros. Después de analizar los datos, los investigadores llegaron a la conclusión de que las emisiones de radio correspondían a las de chorros relativistas de fuentes como agujeros negros, pero, curiosamente, 100 veces más débiles que los chorros de otras estrellas de neutrones observadas.
"Los chorros relativistas se observan en todo el universo y afectan fuertemente sus entornos circundantes en un rango de escalas físicas, desde sistemas binarios galácticos hasta galaxias y cúmulos de galaxias. Se ha observado que todos los tipos de agujeros negros y estrellas de neutrones con discos de acreción lanzan chorros, con la excepción de las estrellas de neutrones con campos magnéticos fuertes, lo que lleva a la conclusión de que su fuerza de campo magnético inhibe la formación de chorros. Sin embargo, la emisión de radio detectada recientemente a partir de dos objetos de este tipo podría tener en su origen un chorro, entre otras explicaciones posibles, lo que indica que esta antigua idea podría necesitar ser reconsiderada", reza un extracto del estudio publicado en la revista Nature.