La Corte Internacional de Justicia (CIJ) determinó que "Chile no contrajo la obligación de negociar la salida al mar de Bolivia" en un histórico fallo emitido este lunes 1 de octubre desde los tribunales de La Haya (Países Bajos), cuya resolución tuvo 12 votos a favor contra tres. De esta forma, los magistrados instaron a continuar con "los diálogos y la buena vecindad", pero desestimaron todos los argumentos planteados por el Estado plurinacional, que perdió el juicio.
Al momento de emitir la sentencia, los magistrados reflejaron un extenso repaso histórico de los acontecimientos del caso y sumaron ejemplos de otros países que presentaron conflictos similares. Asimismo, exhibieron todos los planteos y las actuaciones efectuadas por ambos países dentro del litigio territorial y marítimo, considerando tratados y convenios invocados por las dos partes.
Así, tras cinco años desde que Bolivia demandara a Chile en la Corte, se dirimió un histórico conflicto que plantea importantes cortocircuitos entre las naciones en disputa. Sobre ello, vale repasar que las resoluciones de la CIJ son inapelables y deberían cumplirse sin objeciones.
No obstante, una de las principales características del derecho internacional es que no existe el denominado 'poder de policía', es decir, una fuerza coercitiva que obligue a los países a cumplir las resoluciones. En otras palabras, si el Estado que pierde el conflicto en los tribunales se niega a acatar el fallo, la consecuencia sería someterse a algún tipo de sanción internacional, que debería determinarse en su debido momento, pero el cumplimiento de la orden dependerá de las autoridades locales.
La lectura del histórico fallo tuvo en vilo a ambos países, que frenaron sus actividades cotidianas para escucharlo. Por su parte, el presidente chileno, Sebastián Piñera, siguió la transmisión en vivo desde el Palacio de La Moneda, mientras que el mandatario boliviano, Evo Morales, se hizo presente en la Corte y tomaba apuntes sobre los argumentos allí manifestados.
Para repasar el inicio del conflicto hay que remontarse a 1883, cuando finalizó la guerra del Pacífico que enfrentó a Chile con sus enemigos, Bolivia y Perú. Por ese motivo, las naciones que perdieron la batalla debieron desprenderse de ciertos territorios: el país que hoy reclama su salida al mar tuvo que entregar el Departamento del Litoral, una extensión de 120.000 kilómetros cuadrados que incluye 400 kilómetros de costa, añorados en la actualidad.
Chile celebra el fallo
El presidente Sebastián Piñera celebró el fallo de la CIJ y ofreció un discurso en La Moneda.
En su alocución dijo que "la CIJ ha hecho justicia y ha puesto las cosas en su lugar", al establecer "en forma clara y categórica, que Chile nunca ha tenido, tampoco tiene y nunca ha incumplido ninguna obligación en materia de derecho internacional ni en sus relaciones con Bolivia".
Además, señaló que el presidente Morales "ha creado falsas expectativas a su propio pueblo, ha creado grandes frustraciones a su propio pueblo y nos ha hecho perder cinco años de negociaciones".
Bolivia pide seguir negociando
Luego de conocer la sentencia desfavorable, el presidente boliviano, Evo Morales, brindó declaraciones públicas donde afirmó que "Bolivia no va a renunciar" a su reclamo sobre la salida al mar, hoy restringida. Asimismo, desde las cercanías del tribunal de La Haya destacó que "no hay obligación de negociar, pero sí una necesidad", e instó a Chile a continuar con los diálogos.
Al respecto, el mandatario del Estado plurinacional argumentó sus consideraciones leyendo algunos fragmentos del fallo: "Los hallazgos de la Corte no deben ser entendidos como si impidieran a las partes continuar su diálogo e intercambio para atender los asuntos relativos a la situación del enclaustramiento de Bolivia", citó Morales ante los micrófonos.
Para cerrar, también destacó otro apartado emitido por la CIJ: "Con la voluntad de ambas partes, pueden llevarse a cabo negociaciones significativas". Así las cosas, resta por ver si se inician las negociaciones o si, por el contrario, Chile da por concluido el conflicto tras la reciente sentencia.