Una droga empatógena, la MDMA o éxtasis –que promueve en humanos un comportamiento más sociable–, afecta de manera similar a los pulpos, que generalmente son animales poco sociables y tienen una estructura cerebral muy diferente a la de los seres humanos, según informa un estudio publicado en la revista Current Biology.
Los autores de esa investigación, la neurocientífica Gul Dölen y el biólogo Eric Edsinger, escogieron una especie en particular, el octopus bimaculoides, también conocido como pulpo de dos manchas de California, para realizar su experimento. Según estos científicos estadounidenses, las líneas evolutivas de humanos y pulpos se separaron hace 500 millones de años, pero se ha descubierto que ambos tienen códigos genómicos casi idénticos para un asunto en particular: el transportador de la serotonina, sustancia que afecta el estado de ánimo.
Para su experimento, estos científicos pusieron a un pulpo en el centro de un acuario de tres compartimentos. En una de sus partes colocaron un juguete y en la tercera sección ubicaron a otro pulpo debajo de una maceta con agujeros. En condiciones normales, los pulpos pasan más tiempo solos o con cualquier entretenimiento que acompañados por otro especimen.
Sin embargo, después de verter los investigadores MDMA líquida en el tanque por 10 minutos, los pulpos mostraron mayor interés hacia su especie. Pasaron más tiempo con el otro pulpo, buscaron un contacto físico y abrazaron la maceta con sus tentáculos.
Los datos obtenidos por los autores del estudio arrojan luces sobre los mecanismos neuronales que promueven comportamientos sociales en la especie de los octopus bimaculoides, e indican que el papel de la neurotransmisión serotoninérgica en la regulación de las conductas sociales se conserva evolutivamente.