Israel no puede abandonar las operaciones en Siria a pesar de la entrega a Damasco de los sistemas de misiles antiaéreos rusos S-300, ha asegurado este miércoles el ministro de Defensa israelí, Avigdor Lieberman, en declaraciones a la cadena de radio Kan citadas por la agencia TASS.
Aunque admitió que Tel Aviv no está "contento con la presencia del S-300 [en Siria]", señaló: "en cualquier caso, no estamos buscando aventuras, solo estamos protegiendo nuestros intereses vitales".
Lieberman volvió a culpar al Ejército sirio del derribo del avión ruso Il-20 el pasado 17 de septiembre. "Por supuesto, es lamentable: quince soldados y oficiales [rusos] murieron", declaró el ministro. "Al mismo tiempo, nosotros actuamos con cuidado y responsabilidad", defendió.
Tras la tragedia, lo más importante, en su opinión, es devolver las relaciones bilaterales a la normalidad. "Dado que hemos desarrollado muy buenas relaciones de trabajo con la parte rusa durante muchos años, no tenemos nada que ocultar aquí ", enfatizó.
De acuerdo con Lieberman, la "posición [de del Gobierno israelí] es transparente y comprensible". El ministro explicó que Israel siempre reacciona cuando obtiene información precisa acerca de cualquier intento de transferir armas desde Irán a Siria o desde Siria al Líbano para el movimiento Hezbolá.
"Mientras nuestros intereses no se vean afectados, nunca actuaremos, pero está claro que no podemos permitirnos que toda Siria se convierta en una gran base militar para Irán, por lo que tomaremos medidas acorde a nuestros intereses", concluyó el titular de Defensa israelí.
Por su parte, el ministro de Defensa de Rusia, Serguéi Shoigú, anunció este 2 de octubre que los primeros complejos S-300 ya están en manos de las Fuerzas Armadas sirias. El alto cargo detalló que la entrega incluye "49 equipos, localizadores de iluminación y los principales sistemas de reconocimiento", así como "vehículos de control y cuatro lanzadoras".