El general William Westmoreland, comandante de las fuerzas estadounidenses en Vietnam entre 1964 y 1968, había preparado un plan secreto para usar armas nucleares contra el norte comunista durante la Guerra de Vietnam, antes de que el presidente Lyndon Johnson se enterara de los preparativos y los detuviera, revelan documentos desclasificados citados por The New York Times.
Al encontrarse en un punto muerto contra el Ejército de Vietnam del Norte en medio de la batalla de Khe Sanh en 1968, que duró meses, el general Westmoreland ideó un plan de contingencia para usar armas nucleares en caso de que las fuerzas de EE.UU. se encontraran al borde de la derrota.
El plan, denominado 'Fracture Jaw', incluía una transferencia de armas nucleares desde Okinawa, Japón, a Vietnam del Sur, y recibió aprobación del comandante de las fuerzas estadounidenses en el Pacífico, Ulysses S. Grant Sharp Jr.
Temor a una "guerra más amplia"
Sin embargo, cuando el asesor de seguridad nacional, Walt W. Rostow, alertó a la Casa Blanca sobre los preparativos, el presidente Johnson canceló de inmediato el despliegue secreto de armas.
Tom Johnson, asistente especial del entonces mandatario, señaló en declaraciones a NYT que este estaba "extraordinariamente molesto" después de enterarse de que los planes para desplegar las armas nucleares ya se habían puesto en marcha. El presidente envió un mensaje a través de Rostow, "y pienso que directamente a Westmoreland, para cancelarlos", recordó Johnson, explicando que el mandatario temía provocar una "guerra más amplia" que involucrara a China en Vietnam.
Después de que el presidente desechara la idea, Sharp ordenó en un cable a Westmoreland "descontinuar toda la planificación de Fracture Jaw", así como "informar a todo el personal con acceso a este proyecto de planificación que no puede haber divulgación del contenido del plan o del conocimiento de que dicha planificación estaba en curso o suspendida".
Algunos de los documentos con los detalles de la operación secreta fueron desclasificados hace ya unos años, pero no recibieron atención hasta que fueron descubiertos por el historiador presidencial Michael Beschloss durante su investigación para el próximo libro 'Presidents of War', apunta NYT.