Las acusaciones de los Países Bajos contra Rusia de planear ciberataques contra la Organización para la Prohibición de las Armas Químicas (OPAQ) constituyen una maniobra de distracción, realizada deliberadamente antes de la reunión de la OTAN aunque la historia se remonta al pasado abril.
"Quisiera que presten atención al hecho de que el mismo día que tuvo lugar aquella rueda de prensa, si no me equivoco, se celebró la reunión de los ministros de Exteriores de la OTAN, que también hay que tenerlo en cuenta si hablamos de coincidencias, sean directas o indirectas", ha afirmado el canciller ruso, citado por RIA Novosti.
Ha recordado, además, la próxima reunión del Consejo Europeo, donde los jefes de Estado y de Gobierno de los países miembros de la Unión Europea abodarán distintas materias.
"Tal vez, alguien creyó que quitarle el polvo a la historia de abril pasado y meterla en el espacio público ahora ayudará a distraer la atención de los difíciles asuntos que están siendo discutidos tanto en la UE como en la OTAN, incluidas las posibilidades de defensa entre dichas estructuras", ha señalado tras reunirse con su homólogo italiano, Enzo Moavero Milanesi.
Los Países Bajos revelaron la semana pasada que en abril de 2018 deportaron a cuatro ciudadanos rusos por planificar un ciberataque contra la OPAQ. Ámsterdam afirmó que la operación fue organizada por el Departamento Central de Inteligencia de Rusia (GRU, por sus siglas en ruso), que es el servicio de Inteligencia militar de las Fuerzas Armadas del país.
Las autoridades neerlandesas informaron de que cuatro ciudadanos rusos —identificados como Oleg Sótnikov, Alexéi Morenets, Yevgueni Serebriakov y Alexéi Minin— llegaron a los Países Bajos el 10 de abril y fueron sorprendidos con equipos de espionaje en un hotel cerca de la sede de la OPAQ en La Haya. Y precisaron que el día 13 fueron detenidos y expulsados a Rusia.
"No recibimos ninguna explicación inteligible"
Al respecto, Lavrov ha indicado "no hubo nada secreto" en el viaje de dichos ciudadanos rusos a La Haya.
"Fue un viaje rutinario, no se escondieron cuando se hospedaron en el hotel ni cuando llegaron al aeropuerto ni cuando visitaron nuestra Embajada", ha dicho el canciller ruso.
Según ha revelado el ministro, los ciudadanos rusos fueron detenidos sin explicación alguna, no se les permitió contactar con la Embajada y se les exigió que se fueran. Parecía un malentendido y no se realizó ninguna nota diplomática dirigida a Moscú.
"Trascurrió medio año y en septiembre, hace unas tres semanas, la prensa neerlandesa dio con la filtración de que estas personas presuntamente estaban implicadas en ciberespionaje", ha precisado Lavrov.
"Inmediatamente nos centramos en este desarrollo, invitamos a la embajadora neerlandesa al Ministerio de Exteriores y solicitamos detalles y hechos sobre aquella filtración en los medios. No recibimos ninguna explicación inteligible", ha destacado.