El secretario de Defensa de EE.UU., James Mattis, ordenó el pasado 17 de septiembre que el 80 % de los aviones de guerra del país norteamericano correspondientes a cuatro de sus principales modelos tácticos estén en condiciones para entrar en combate para septiembre próximo, en vistas a que gran parte de la flota aérea militar no cumple actualmente con ese criterio, informa el portal Defense News.
La medida prevé reacondicionar los cazas F-16, F-18 y F-22, así como el flamante avión de combate F-35, pertenecientes a la Fuerza Aérea y a la Marina, para que estén listos para cumplir misiones de guerra.
El porcentaje de disponibilidad de las aeronaves militares estadounidenses se ha ido reduciendo en los últimos años, generando preocupación en el Pentágono. Así, solo el 49,01 % de los cazas F-22 de la Fuerza Aérea de EE.UU. estaba apta para entrar en combate el año pasado, mientras que en los años 2014, 2015 y 2016, esa proporción era del 72,7 %, 67,4 % y 60,18 %, respectivamente.
Además, el accidente que sufrió el nuevo cazabombardero estadounidense F-35B el pasado 28 de septiembre en Carolina del Sur —apenas 24 horas después de que otro avión similar lanzara en Afganistán el primer ataque real con un aparato de este tipo— no le agrega optimismo a la cúpula militar del país.
Mattis reconoció que "las limitaciones presupuestarias y deficiencias en los escuadrones aéreos" contribuyeron al "rendimiento insuficiente sistemático, capitalización excesiva y capacidades no realizadas" de la flota aérea.
El secretario de Defensa de EE.UU. apuntó anteriormente a la falta de fondos como la raíz del problema. Sin embargo, Mattis no especificó cómo un gasto más elevado, en vistas a la reciente aprobación del presupuesto militar más alto en la historia de EE.UU. —que le costará al país 716.000 millones de dólares—, podría mejorar esta situación.