El flanco suroriental del volcán Etna, en la isla italiana de Sicilia, se desliza hacia el mar Jónico a una velocidad de varios centímetros por año, un movimiento que anteriormente se atribuía principalmente al aumento del magma dentro del volcán.
No obstante, en el marco de un nuevo estudio, un equipo de científicos liderados por Morelia Urlaub, del Centro Helmholtz para la Investigación Oceánica en Kiel (Alemania), se recopilaron mediciones de sensores de presión que detectaron incluso los movimientos más leves del flanco bajo el agua, y estos datos permitieron demostrar que lo que provoca el hundimiento del volcán en el mar es la gravedad. Es cierto que la presión del magma desde el interior del volcán también desempeña cierto papel en el hundimiento del Etna hacia el mar, pero los investigadores opinan que su efecto general es menor.
El movimiento de un flanco del Etna representa un peligro mucho mayor de lo que se pensaba anteriormente
"No podemos excluir que el movimiento del flanco evolucione hacia un colapso catastrófico, lo que implica que el movimiento de un flanco del Etna representa un peligro mucho mayor de lo que se pensaba anteriormente. El peligro de que un flanco colapse podría subestimarse en otros volcanes situados en costas y en islas oceánicas, donde se desconoce la dinámica de los flancos sumergidos", escriben los investigadores en su estudio titulado 'Colapso gravitacional del flanco suroriental del Etna', publicado en la revista Science Advances.
Si ese colapso llega a producirse, podría causar olas devastadoras que pondrían en riesgo a las regiones vecinas. "Los colapsos catastróficos de volcanes insulares o costeros (...) representan la mayor amenaza, ya que el repentino desplazamiento de grandes cantidades de material en el agua puede provocar tsunamis con efectos extremos", advierten los especialistas.
Asimismo, Urlaub asegura que existe el peligro de que el deslizamiento de tierra se acelere, pero es imposible saber cuándo tendrá lugar. "Hemos estado monitoreando el Etna en la costa durante unos 30 años, pero 30 años no es nada comparado con la edad del Etna, que tiene 500.000 años. [La aceleración] podría suceder dentro de 10, 100 o 100.000 años, no podemos saberlo", afirmó Urlaub, que agregó que lo único que se puede hacer es "ser conscientes" de ese peligro y monitorear el flanco inestable.