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Robó más de 2.000 millones de dólares de las arcas de Dinamarca y vive tranquilo en Dubái

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El fraudulento financiero aprovechó una laguna en la ley y las autoridades danesas todavía no han podido, tres años después, presentar una acusación formal en su contra.
Robó más de 2.000 millones de dólares de las arcas de Dinamarca y vive tranquilo en Dubái

Durante tres años, a partir de 2012, uno de los departamentos del servicio tributario de Dinamarca permitió la fuga de más de 2.000 millones de dólares hacia Estados Unidos, mediante un esquema considerado luego por las autoridades danesas como el mayor fraude en la historia financiera del país.

Las autoridades culpan al financista londinense Sanjay Shah, quien actualmente reside en Dubái (Emiratos Árabes Unidos) y niega cualquier reponsabilidad, alegando haberse solo aprovechado de las deficiencias legislativas del país escandinavo.

Dinamarca se descubrió así víctima de una sospechosa maniobra financiera que se ubica en la intersección del sistema fiscal y los mercados de capital, con complicadas transacciones conocidas como comercio 'cum/ex'.

Este tipo de comercio se centra en una de las partes más vulnerables de cualquier sistema financiero: las solicitudes de reembolso de impuestos sobre dividendos. Según la legislación danesa, el Gobierno reintegra automáticamente los impuestos sobre los dividendos pagados por las empresas a sus accionistas. Si los accionistas viven en EE.UU., tienen derecho a reembolsar parte o la totalidad de esos impuestos.

¿Cómo fueron robados los fondos?

Un pequeño departamento de la Agencia Tributaria, gestionado por una sola persona, aprobó entre 2012 y 2015 miles de solicitudes de ese tipo, en su mayoría presentadas por planes de pensiones autoadministrados en EE.UU., un tipo de cuenta de jubilación para individuos.

Pero los expertos y los abogados familiarizados con el esquema aseguran que estos individuos eran pantallas para el comercio cum/ex. En una especie de juego de manos financiero, las operaciones hacían parecer que los planes de pensiones habían comprado acciones de compañías danesas y pagado impuestos sobre los dividendos. Nada de esto era verdad.

Según un acuerdo danés-estadounidense, se puede solicitar el reembolso del 27 % del impuesto a la renta en este tipo de inversión. Las autoridades danesas suponen que Shah, como jefe de esta trama, aprovechó ese resquicio legal. Con ayuda del personal de su empresa Solo Capital, encontró a los estadounidenses que necesitaba, los ayudó con la documentación y ganó enormes fondos.

Shah, de 48 años, implicó a cuando menos 17 ciudadanos de EE.UU., que abrieron múltiples cuentas de pensión y que ahora figuran en los 277 cargos presentados por el Gobierno danés.

El abogado de los acusados, quien ya ha dejado de defenderlos por no recibir materiales necesarios de su contratista –que describió como "una empresa de Luxemburgo"–, contó a The New York Times que los fondos se transferían inmediatamente a otras cuentas, apenas llegaban a las de sus clientes, y que desconoce cuánto se había pagado a los acusados.

Copenhague cree que un empleado de la Agencia Tributaria, Sven Nielsen, podría haber ayudado a Shah, aunque todavía se desconoce si fue sobornado o utilizado sin que se diera cuenta. A este respecto, la exjefa de Nielsen ha notificado que en aquel entonces el responsable de reembolsos tributarios no tenía acceso a la base de datos, para poder comprobar los negocios de inversión por planes de pensiones. Aun así, Nielsen, quien actualmente cumple condena carcelaria de seis años por otro caso de fraude, ha rechazado hacer cualquier comentario a través de su representante.

El final de la trama

Tal vez Shah entendía que su plan de retirada de fondos de las arcas danesas terminaría por dejar de funcionar.

En mayo de 2015 se reunió en Londres con Navin Khokhrai, nuevo responsable de la legalidad y transparencia de los negocios de Solo Capital.

Khokhrai dudó que la compañía hiciera negocios correctamente, pero Shah le aseguró que tenía todos los permisos necesarios, según señala en una carta.

Por lo visto, Khokhrai no le creyó, puesto que envió una misiva a HMRC, la agencia tributaria del Reino Unido, en la que reveló la existencia de cuentas y registros ficticios mantenidos para estafar a las autoridades de Dinamarca y Bélgica.

Como resultado, el servicio tributario de Dinamarca dejó de reembolsar los impuestos a los extranjeros, no por darse a conocer la trama en ese país, sino porque las autoridades británicas consiguieron el cierre de Solo Capital en julio de 2016.

Estafador no enjuiciado

En Dinamarca, Shah ha sido declarado "villano nacional". El financiero vive en Dubái, donde posee un yate por valor de 1,3 millones de dólares y una finca de 1.000 metros cuadrados con acceso a la playa.

"Este hombre que vive del fraude es un hecho indignante. El pueblo danés espera que vayamos a por él cueste lo que cueste", comentó Joachim Olsen, miembro del Comité para Finanzas del parlamento danés.

Sin embargo, todavía no se pueden presentar acusaciones oficiales contra Shah, puesto que en el curso de tres años las autoridades no han terminado de investigar su obra.

En 2017 solo dieron con la pista de una pequeña parte de los fondos- unos 168 millones de dólares- en una agencia del North Channel Bank en la ciudad alemana de Maguncia. Pero Shah negó a través de su representante cualquier relación con ese banco.

En febrero de 2018, el ministro de Justicia lanzó una investigación de transacciones cum/ex, que podría durar varios años.

Pese a que se trata de uno de los mayores escándalos de la historia financiera danesa, ni un solo político ha perdido su cargo por esta causa.

Mientras tanto, la suma extraída del presupuesto de Dinamarca es significativa para la economía de un país tan pequeño, y equivaldría a una pérdida de 110.000 millones de dólares para las arcas de Estados Unidos.

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