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"Una de las figuras más notables del siglo XX": Latinoamérica tendrá un nuevo santo dentro de poco
El arzobispo Óscar Romero fue asesinado mientras oficiaba una misa debido a su lucha en defensa de los pobres y los derechos humanos y por su oposición a la dictadura militar salvadoreña.
Este 14 de octubre el papa Francisco declarará santo al arzobispo salvadoreño Óscar Romero, casi cuatro décadas después de que fuera asesinado por la extrema derecha de El Salvador. La ceremonia, en la que además se canonizará a Pablo VI, se celebrará en el Vaticano durante el sínodo de los obispos sobre jóvenes.
Monseñor Óscar Romero, reconocido por su lucha en defensa de los pobres, los derechos humanos y su oposición a la dictadura militar salvadoreña, fue asesinado mientras oficiaba una misa el 24 de marzo de 1980 por un francotirador contratado por la ultraderecha.
Según el diario The Guardian, los sectores conservadores dentro de la Iglesia Católica intentaron durante años bloquear la canonización de Romero debido a su asociación con las corrientes más izquierdistas de la Teología de la Liberación.
'La voz de los sin voz'
Clare Dixon, jefe para América Latina de la Agencia Católica para el Desarrollo Exterior (CAFOD, por sus siglas en inglés), considera que Romero es "una de las figuras más notables del siglo XX", junto a Martin Luther King y Mahatma Gandhi.
"Denunció la violencia que estaba destrozando a su país, la opresión y se opuso a la injusticia junto a las personas que vivían en la pobreza", recordó Dixon. Asimismo, señaló se había ejercido presión diplomática y política sobre el Vaticano en los años posteriores a la muerte de Romero para bloquear los esfuerzos para que el arzobispo fuera declarado santo.
Por su parte, el padre Robert Pelton, experto en el estudio del monseñor Óscar Romero de la Universidad de Notre Dame (Indiana, EE.UU.), opina que el arzobispo salvadoreño era un "maravilloso ejemplo pastoral para el mundo". "Me sorprende cuánto tiempo ha pasado para que finalmente se haya llegado a la verdad", agregó.
En 2013, poco después de convertirse en papa, Francisco desbloqueó el proceso de beatificación del asesinado arzobispo, conocido como 'la voz de los sin voz'. En 2015, el pontífice lo nombró mártir de la Iglesia, por haber sido asesinado por "odio de la fe" y lo declaró beato, paso previo a la canonización.
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