El huracán Michael, que tocó tierra en Florida (EE.UU.) este miércoles 10 de octubre, causó serios estragos en la Base de la Fuerza Aérea Tyndall, una instalación militar clave en la protección y seguridad de todo el país.
Michael, con vientos máximos de 250 kilómetros por hora, desprendió techos, derribó árboles y líneas eléctricas, provocando "daños estructurales significativos" en los edificios de la base, asegura la Fuerza Aérea, citada por USA Today.
La base había sido evacuada el lunes, pero un pequeño equipo permaneció en las instalaciones.
No se reportaron heridos y las aeronaves allí usualmente albergadas fueron reubicadas antes de la tormenta, así como también los sistemas de comunicación y control.
Tyndall, ubicada en el condado de Bay, al norte de la Florida, alberga el Ala de Combate 325 (325th Fighter Wing), una unidad que proporciona entrenamiento a pilotos de cazas estadounidenses F-22 Raptor, "la aeronave más sofisticada del arsenal del Pentágono", destaca la publicación.