Estados Unidos se opone al acuerdo establecido en septiembre pasado entre Seúl y Pionyang para reducir la tensión en la península coreana y reconstruir los lazos económicos entre ambos países, el cual prevé implementar una zona de exclusión aérea en torno a la frontera intercoreana, informa Reuters con cita a fuentes familiarizadas con el tema.
El plan, que entrará en vigor el próximo 1 de noviembre, estipula prohibir el vuelo de aeronaves de ala fija, así como limitar el acceso de helicópteros, drones y aerostatos —a excepción de los vuelos de uso comercial, médico, agropecuario o para combatir desastres naturales— en un franja de 40 kilómetros a ambos lados de la frontera en la parte oriental de la Línea de Demarcación Militar (MDL) y de 20 kilómetros en la parte occidental.
En Washington temen que la zona de exclusión aérea pueda socavar la capacidad para una respuesta militar rápida, mientras que la medida no aporta de manera sustancial a los esfuerzos por desnuclearizar la península e impide realizar en el futuro ejercicios aéreos conjuntos entre EE.UU. y Corea del Sur. Así, el secretario de Estado del país norteamericano le expresó su "descontento" por el tema a su homónimo surcoreano Kang Kyung-wha en una reciente conversación telefónica.