El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha calificado como "un buen primer paso, un paso grande" la reciente declaración del Gobierno de Arabia Saudita, que por primera vez admitió que el periodista Jamal Khashoggi, quien entró en el consulado saudí en Estambul el 2 de octubre y no salió de ahí, está muerto.
No obstante, el mero hecho de que el periodista murió en la propiedad diplomática es "horrible" e "inaceptable", y no ha pasado "desapercibido", ha indicado Trump durante una mesa redonda en la base de la Fuerza Aérea Luke en Arizona, EE.UU.
El mandatario estadounidense se ha mostrado cauteloso a la hora de hablar sobre una posible respuesta por parte de Washington y ha señalado que antes de tomar cualquier paso quiere hablar con el príncipe heredero saudí, Mohammed bin Salmán. También ha mencionado la importancia de los arrestos llevados a cabo en el reino en relación con la muerte de Khashoggi.
Trump planea abordar la posible respuesta de EE.UU. con el Congreso y aunque preferiría "alguna forma de sanción" contra Riad, se muestra reacio a cancelar la venta de armas al país árabe por un valor de 110.000 millones de dólares, argumentando que aboga por los intereses de las empresas estadounidenses y la preservación de los puestos de trabajo.