Un navío griego de 23 metros de eslora permanece hundido en el mar Negro a 2.000 metros de profundidad, con sus mástiles, su timón y sus bancos de remos casi intactos. Según el análisis de radiocarbono realizado por expertos de la Universidad de Southampton, la nave tiene más de 2.400 años, informa The Guardian.
El hallazgo tuvo lugar cerca de un 'cementerio de barcos' descubierto a finales de 2017 a 80 kilómetros de las costas de Bulgaria, donde reposa una sesentena de antiguos barcos de distintas épocas en buen estado de conservación.
El investigador principal del Proyecto de Arqueología Marítima del mar Negro (MAP), el catedrático de la Universidad de Southampton Jon Adams, afirma que nunca habría creído posible que un barco hubiera sobrevivido intacto desde la época clásica a 2.000 metros bajo el mar.
El secreto de la fenomenal conservación es que el barco se encuentra dentro de una capa de sulfuro de hidrógeno a una gran profundidad en condiciones de ausencia total de oxígeno.
Lo más probable es que el barco se hundiera durante una tormenta con toda la tripulación, entre 15 y 25 personas cuyos restos puede que todavía se encuentren en la parte inferior de la nave.
Excepto un pequeño fragmento que ha sido tomado para el análisis, el barco permanecerá donde está, según los expertos.
Anteriormente, los arqueólogos submarinos habían encontrado solo fragmentos de barcos tan antiguos.
El descubrimiento ha cambiado la idea de los científicos acerca de los antiguos navegadores, al demostrar hasta dónde eran capaces de navegar los antiguos mercaderes griegos, según el profesor Adams.