Jorge Glas, exvicepresidente de Ecuador, quien fue condenado en diciembre de 2017 a seis años de prisión por encontrarlo culpable de 'asociación ilícita' en el megacaso de corrupción de Odebrecht, se dclaró en "huelga de hambre indefinida", luego que fuera trasladado de prisión.
Glas se encontraba detenido en la Cárcel 4 de Quito desde octubre del año pasado, y fue llevado el pasado domingo al Centro de Rehabilitación Social de Latacunga, en la provincia de Cotopaxi, a 90 kilómetros de la capital ecuatoriana.
"Soy un preso político. Por el odio sin límites me han trasladado de cárcel sin motivo, solo por humillarme, solo por venganza. Mi vida corre peligro", dice Glas en una carta que fue publicada en su cuenta en Twitter.
El Gobierno ecuatoriano dijo, en un comunicado, que el traslado de cárcel de Glas obedece a "razones de seguridad", luego de la fuga del exsecretario de comunicación Fernando Alvarado Espinel, procesado por presunto peculado, quien tenía un dispositivo de vigilancia electrónica (grillete), que se quitó, y se presentaba de manera periódica en un tribunal provincial.
"Judicialización de la política"
En el texto, Glas explica que llevará a cabo la huelga de hambre "hasta que vengan a ver lo que pasa en Ecuador" y, por ello, pide "al mundo que venga a revisar mi caso", así como el del expresidente Rafael Correa, sobre quien han abierto varios procesos en la Justicia local.
"Alguien en el mundo debe hacer algo, la Santa Sede, la ONU, la OEA, la Corte Interamericana, la Corte de la Haya, juristas del mundo, organismos de defensa de los derechos humanos", menciona Glas en la carta.
Además, señala que su caso, así como el de Correa, es parte de la "la judicialización de la política" en el país, algo que —señala— "debe ser considerada un delito de lesa humanidad".