Una de las ciudades de América Latina más contaminadas del mundo quiere volver al trolebús
La Ciudad de México, considerada una de las urbes más contaminadas del mundo por la Organización Mundial de la Salud (OMS), que también destaca el compromiso de la ciudad para aplicar normas a favor de vehículos menos contaminantes, ha dejado de voltear a ver el transporte eléctrico como una opción de movilidad que no contamina, en una urbe en la que el 70% de su población, de aproximadamente 22 millones de habitantes, utiliza el transporte público contra un 30% que usa el automóvil.
En sus perspectivas para 2050, la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) estima que la contaminación del aire se convertirá en la principal causa ambiental de mortalidad prematura en el mundo.
Para que se reactive el transporte eléctrico, conocido como trolebús, que ha tenido un recorte de 64% y que tuvo su época dorada en Ciudad de México en la década de los ochenta, se requiere de un presupuesto de 6.000 millones de pesos (311.250.000 de dólares), el cual debería de ser analizado en los congresos local y federal, como parte del Presupuesto de Egresos 2019, a discutirse en noviembre próximo.
Por ello, organizaciones de la sociedad civil, académica, y el Sindicato Alianza de Tranviarios de México del Servicio de Transportes Eléctricos de la Ciudad de México demandaron, el 23 de octubre, a los congresos que incluyan en sus respectivos Presupuestos de Egresos 2019 fondos suficientes para atender la crisis de movilidad y mala calidad del aire de Ciudad de México, reactivando el servicio del trolebús.
Los años dorados
El 15 de enero de 1900 se inauguró formalmente el servicio de tranvías eléctricos de Ciudad de México, los cuales desaparecieron en 1979, como tal, para dar paso a los trolebuses que todavía hoy perviven.
El trolebús tuvo su esplendor entre las décadas de los años ochenta y noventa, cuando operaban 30 líneas en Ciudad de México. Hoy sobreviven ocho líneas con unidades de 40 años de antigüedad que abarcan una longitud de operación de 203.64 kilómetros contra 557 kilómetros que recorría en el año 1980.
Entre los argumentos para rescatarlo, Benito Bahena, secretario General del Sindicato Alianza de Tranviarios de México, esgrime no solo que es un transporte limpio, también que no sufre de robos masivos a los usuarios, algo común en Ciudad de México.
"El trolebús estuvo diseñado para circular por todos los ejes viales y Ciudad de México cuenta con la infraestructura eléctrica para ello", resalta Bahena.
El tranvía alimentado por electricidad, surgió en 1879 en Berlín, y fue en 1900 cuando llegó a México, aunque los trolebuses, como los conocemos ahora, comenzaron a circular en 1951.
"Teníamos líneas de la A a la Z, se confinaron carriles para su circulación", recuerda Francisco Alvarado, académico de la Universidad Autonóma de Ciudad de México.
El costo de un trolebús nuevo, de manufactura nacional, es de 500.000 dólares, y se encuentran modelos desde 12 metros hasta articulados que alcanzan los 24 metros, refiere Alvarado, quien está por publicar un libro sobre la historia de este medio de transporte.
Actualmente, de una flota de 598 trolebuses, operan 258 unidades que transportan a 400.000 pasajeros, mientras que 340 están en el taller, con base en datos del Sindicato Alianza de Tranviarios de México, la cual agrupa a 2.900 trabajadores en todas las áreas.
El estudio 'Corredores de transporte público: Una acción para reducir CO2 dentro de la Zona Metropolitana del Valle de México' encontró que sobre el corredor denominado 'Eje Central', en el centro de Ciudad de México, en horas pico circulan 22 trolebuses por hora sin generar emisiones, dando un servicio hasta a 2.200 pasajeros. En contraste, sobre el mismo periodo y vialidad transitan 2.896 automóviles que transportan a una persona.
Paola Morales.