El 22 de junio de 2018, 89 días después de su secuestro, los cuerpos de Javier Ortega, Paúl Rivas y Efraín Segarra, integrantes del equipo periodístico del diario ecuatoriano El Comercio, fueron hallados y recuperados en el sector de Los Cocos, una zona selvática de Colombia, cercano a la frontera con Ecuador.
Los cadáveres, que fueron localizados gracias a la información de un testigo, aparecieron "en dos fosas y según la autopsia fueron ultimados con varios disparos de armas de fuego de corto alcance", se desprende de una investigación realizada por Forbidden Stories en colaboración con 19 periodistas ecuatorianos y colombianos, que publicaron en una serie de artículos bajo el título de Frontera Cautiva.
En el documento revelan la última conversación entre los rehenes y sus secuestradores, según testimonio brindado por "una persona implicada en el crimen, arrepentida": "El chofer de los periodistas […] preguntó qué les iban a hacer, que si los iban a matar. Perú [uno de los secuestradores] le dijo que sí […] porque su gobierno no cumplió con el acuerdo, y allí es cuando les comienzan a disparar".
Detalles del secuestro
De acuerdo a la investigación del consorcio internacional de periodistas, que se extendió por seis meses, los tres integrantes del equipo periodístico salieron del hotel donde se alojaron, en la ciudad de San Lorenzo, a las 07:10 de la mañana del 26 de marzo. A las 09:00 pasaron por el control militar de ingreso a Mataje, en plena zona de frontera, donde según las autoridades fueron registrados por los militares y "advertidos" del peligro.
Estacionaron el auto y salieron a caminar y a hablar con la gente. "Se embarcan en una canoa y los pasan al otro lado. Pero ellos fueron sin presión, y cuando llegan allá y los meten más adentro (les dicen): 'ahora sí, están detenidos'", contó alguien que prefirió mantenerse en el anonimato.
A las 17:00 de ese mismo día, Alejandro Zaldumbide, mayor de la Policía de Ecuador y jefe de Gestión Logística del Distrito de Vigilancia San Lorenzo, recibió un mensaje de texto de alguien que se identificó como 'Guacho', un personaje al que ya las autoridades tenían identificado como responsable de un atentado ocurrido en enero en la zona y líder del Frente Oliver Sinisterra, un presunto grupo disidente de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC).
"Tengo 3 personas retenidas, ecuatorianas. Dos periodistas de Quito y el chofer. En sus manos está la vida de esas personas [...] En 10 minutos téngame respuesta o desaparecerán esos señores", le dijo y acompañó su mensaje con una foto de los tres secuestrados, revela la investigación de Frontera Cautiva.
Esa misma noche se le informó a los familiares de las tres víctimas sobre el secuestro, pero no fue hasta el otro día que las autoridades ecuatorianas lo hicieron público, en conferencia de prensa, sin mencionar el nombre de los plagiados, iniciando así un hermetismo que ha permanecido hasta ahora.
Falencias de los gobiernos
Según la investigación, hubo y hay muchas contradicciones en las versiones ofrecidas por los gobiernos de Ecuador y Colombia en torno al secuestro y posterior asesinato del equipo periodístico, que, según las averiguaciones, pudo haber sido liberado.
Otra de las revelaciones importantes de la investigación es que el gobierno ecuatoriano nunca informó de un presunto operativo de rescate que organizó el 28 de marzo, dos días después del secuestro. Carlos, un fiscal de Ecuador, cuyo apellido no se especificó, llegó hasta San Lorenzo ese día, porque "alguien del Comité de Crisis, desde Quito, la capital, le pidió que esperara allí" a los periodistas "que habían sido liberados y llegarían en cualquier momento".
Los investigadores conocieron un mensaje intercambiado entre miembros de las Fuerzas Armadas de Ecuador, que decía que los "tres periodistas retenidos por irregulares [...] estarían siendo liberados a 1K de Mataje y llevados a RTNIM y de ahí Y Mataje – San Lorenzo para disposición final".
Pero tras cinco horas de espera por parte del fiscal, los secuestrados nunca llegaron.
Frontera Cautiva también reveló que entre el Gobierno de Ecuador y los secuestradores hubo una comunicación constante; sin embargo, Quito no quiso entregar toda la información que tiene en sus manos.
Entre las peticiones que se sabe que hizo el Frente Oliver Sinisterra estaba la liberación de tres de sus miembros detenidos en Ecuador, y la cancelación de un acuerdo contra el narcotráfico suscrito poco antes por los presidentes de Colombia y Ecuador, Juan Manuel Santos y Lenín Moreno, respectivamente.
Parte de esa solicitud la conocieron en otro de los mensajes enviados por Guacho a las autoridades ecuatorianas, que decía: "Para cuándo me libera a mis muchachos, o mato a los periodistas, y dígale a ese ministro del Interior que le tengo en la mira y mis ataques y bombas van a continuar. Hoy las 3 les mando el video de uno de ellos muerto".
Y la amenaza no se hizo esperar: menos de una semana después se confirmó el asesinato de los tres trabajadores de El Comercio; un hecho que, aun con estas revelaciones, sigue dejando muchas preguntas por responder.