Mientras la caravana migrante sigue su curso con rumbo a Estados Unidos, miles de indocumentados cruzan ilegalmente la frontera entre Guatemala y México con la complacencia de las autoridades mexicanas.
Decenas de balsas a lo largo del río Suchiate, que divide a México de Guatemala, transportan personas y mercancías libremente mientras una pequeña embarcación con tres elementos de la Marina Armada de México contemplan la escena.
Así lo pudo constatar RT al recorrer la zona.
Las balsas consisten en dos grandes cámaras de hule infladas, unidas con tablas. Cada balsa es movida por el balsero con un enorme palo, similar a lo que ocurre en lugares como Xochimilco o Venecia.
Los viajes para cruzar el río suelen variar entre 10 o 20 quetzales (entre 1,3 y 2,5 dólares), aunque en algunos casos, el traslado puede subir de precio. La mayoría de la gente que cruza el río lleva cajas con víveres: aceite, granos, verduras, jabón.
Apenas han pasado cinco días desde que el 19 de octubre, la caravana conformada por migrantes provenientes de Honduras quedó atascada en el puente que divide a México de Guatemala.
Aunque el punto migratorio del lado mexicano, en Ciudad Hidalgo, fue clausurado por órdenes del gobierno mexicano, los controles migratorios a escasos metros de distancia son inexistentes. Así ocurre en lugares como 'Paso del Coyote', donde la policía brilla por su ausencia pese a estar ubicado a escasos metros del puente que conecta a México y Guatemala.
Esto explica cómo es que un gran número de migrantes hondureños pudo ingresar a territorio mexicano, a pesar de las trabas legales y las autoridades mexicanas.
El pasado lunes 22 de octubre, el presidente de México, Enrique Peña Nieto, pidió a los migrantes hondureños ingresar a territorio mexicano por la vía legal, o de lo contrario, afirmó, "difícilmente podrán lograr su objetivo, sea de ingreso a los Estados Unidos o de permanencia en México".
La mayoría de los migrantes pasó caminando a través del río. Algunos cálculos de los balseros de la zona estiman que en los últimos días alrededor 2.500 migrantes hondureños cruzaron a México por el río. La profundidad del Suchiate varía entre 1,0 y 1,5 metros de altura, lo cual permite que los migrantes crucen con el agua a la altura del pecho.
No hay ningún retén del lado mexicano.
Los balseros, en su mayoría guatemaltecos, llevan puestas camisetas de color verde. Todos trabajan dentro de una organización controlada por ciudadanos de su país. Cada balsero tiene que "pedir permiso" antes de cruzar de un lado a otro del río, explica Roberto, un balsero guatemalteco que trabaja en el lugar.
"Esta zona tiene su rey y su reina", añade el balsero sin dar más detalles, pero dando a entender algunas relaciones de poder que controlan el negocio desde el lado guatemalteco, en Ciudad Tecún Umán.
Los balseros también afirman que es común ver a integrantes de las pandillas centroamericanas MS-13 (Mara Salvatrucha) cruzar a México por la misma vía.
Y mientras la frontera sur de México sigue prácticamente abierta de par en par, la caravana migrante continúa su recorrido por la franja sur del país.
De acuerdo con datos de la Secretaría de Gobernación de México, la caravana migrante está conformada por 3.630 personas que arribaron este miércoles 24 de octubre al poblado de Mepastepec, Chiapas.
Se estima que otros 1.500 migrantes hondureños cruzan actualmente Guatemala con el objetivo de alcanzar México y llegar a Estados Unidos, de acuerdo con la Procuraduría de Derechos Humanos de Guatemala.
Una crisis migratoria sin precedentes en territorio mexicano.
Manuel Hernández Borbolla