Las últimas declaraciones de China y de EE.UU. están reavivando los temores a un eventual conflicto militar entre ambas potencias. Dos expertos en las relaciones entre Washington y Pekín consultados por Al Jazeera apuntan que, si bien un enfrentamiento es posible, existen oportunidades para negociar, llegar a un acuerdo y limitarse a "una competencia estratégica prolongada" entre los dos países.
- Durante una inspección al Mando del Teatro de Operaciones del Sur del Ejército de China, el presidente del país asiático, Xi Jinping, advirtió la semana pasada a sus tropas que deben "concentrarse en la preparación para pelear en una guerra".
- Los detalles del discurso del presidente chino se hicieron públicos un día después de una significativa declaración del ministro de Defensa del país, Wei Fenghe, que afirmó que el Ejército de China tomará "a cualquier precio" medidas para paralizar posibles intentos de afectar su "soberanía e integridad territorial" o de separar a la isla de Taiwán del territorio nacional.
- Por su parte, el teniente general retirado Ben Hodges, excomandante de las tropas de Estados Unidos en Europa, resaltó la semana pasada que existe "una relación cada vez más tensa y una creciente competencia en todos los dominios" entre su país y China, y advirtió que ambas potencias podrían entrar en guerra dentro de 15 años.
"El problema más espinoso"
Gregory Poling, experto en derecho marítimo y Asia en el Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales, opina sobre la cuestión que existe "todo un cesto de problemas que podrían llevar a un conflicto entre EE.UU. y China".
Según este analista, el más "espinoso" de todos ellos es el disputado mar de la China Meridional, al afectar "el corazón de la primacía de EE.UU. en la región, del orden internacional que Washington estableció desde la Segunda Guerra Mundial" y también "la voluntad de China de intimidar a los vecinos y desafiar ese orden".
"Washington necesita despertarse y darse cuenta de que, aunque el mar de la China Meridional está tranquilo en este momento, estamos perdiendo", alerta el experto, que agrega que cada día la posición china en la región "se fortalece", mientras que "las posiciones de otros reclamantes se debilitan" y estos empiezan a "cuestionar cada día más la credibilidad de EE.UU.".
No obstante, también hay signos de progreso, admite Poling, que recuerda que este año la Asociación de Naciones del Sureste Asiático (ASEAN, por sus siglas en inglés) y China entablaron conversaciones formales sobre un código de conducta legalmente vinculante para aliviar las tensiones en torno a la vía estratégica.
Si bien "las conversaciones no han llegado a ningún lado durante los últimos 20 años", no hay "nada fundamental" en las posiciones legales de China y las de otros reclamantes, así como en el derecho internacional, "que no permita negociar un acuerdo", sostiene el analista, que considera "factible" un trato.
"Una competencia estratégica prolongada"
Por su parte, Bonnie Glaser, una antigua consultora del Pentágono, explica que, aunque las dos naciones "se están preparando" para un eventual conflicto, se necesitaría "un liderazgo increíblemente estúpido en ambos países para acabar en una guerra entre EE.UU. y China". En cambio, "las políticas inteligentes pueden llevarnos en una dirección más positiva", señala.
En general, a juicio de esta experta, "en los próximos 20 a 25 años" no se debería esperar una "guerra caliente" o "algo como la Guerra Fría entre EE.UU. y la Unión Soviética", sino "una competencia estratégica prolongada, intensa entre China y EE.UU. que no terminará con la Administración Trump".