Una célula coordinada por líderes del Estado Islámico ha sido desarticulada en Rusia en un operativo especial de varias cuerpos de seguridad rusos. La célula operaba en la república rusa de Tatarstán, donde sus miembros se preparaban para realizar acciones terroristas para luego unirse al EI en Siria.
Uno de los miembros del grupo terrorista fue capturado mientras se deshacía de armas en la ciudad de Nábereznye Chelný. Al mismo tiempo, fueron detenidos seis miembros de la célula y otros once ciudadanos rusos que cayeron bajo su influencia.
Durante los registros llevadas a cabo en 18 domicilios han sido incautadas armas de fuego y municiones, así como literatura extremista y objetos con simbología del Estado Islámico. El operativo es resultado de una larga investigación del Servicio Federal de Seguridad ruso (FSB) y fue llevado a cabo en cooperación con el Ministerio del Interior y la Guardia Nacional.