El sueño de Leticia Martínez se hizo realidad. Tuvieron que pasar 14 largos años para que finalmente volviera a ver a su hija, Merza Yanira Martínez, quien migró de Honduras a México para luego desaparecer sin dejar rastro.
"Hace 10 días, por las redes sociales, ella me mandó un mensaje, pero lo sentía como una broma de mal gusto, pero ya estoy convencida que es ella", relató Leticia a RT horas antes de reencontrarse con su hija, durante un acto realizado por la Caravana de Madres Centroamericanas en Tapachula, México, el pasado 24 de octubre.
Poco antes de desaparecer, Leticia sostuvo una misteriosa llamada telefónica con su hija.
"Ella me dijo que se quería venir para Estados Unidos, yo no le dije que no, porque yo no tenía nada que ofrecerle y le pedí que me dejara a mis nietos, que yo se los cuidaría mientras ella no estuviera. Se comunicó conmigo durante un año y medio, pero la última vez que me llamó me dijo que la habían secuestrado", relataría Leticia posteriormente.
"Me llamó susurrando y me dijo que no contestara números de México para que no me extorsionaran, otra compañera que atraparon con ella traía un teléfono y lograron comunicarse conmigo y desde entonces no volví a saber nada de ella", agregó.
Al momento de la entrevista con RT, la madre hondureña desconocía los motivos que orillaron a su hija a desaparecer durante 14 años, pero confía en que, con el paso del tiempo, se vaya desvelando el misterio.
"Pienso que en el recorrer de la vida ella me irá diciendo sus motivos", dijo Leticia.
Su hija, Merza Yanira, tenía un trabajo en una maquiladora y tres hijos, que se quedaron a vivir con Leticia mientras intentaba probar suerte al otro lado de la frontera.
"Ella tenía un trabajo, pero muy mal pagado en Honduras. Era madre soltera de tres hijos. Ella decidió venirse (a México) porque quería pasar a Estados Unidos pero no pudo", cuenta Leticia.
Tras la desaparición de su hija, decidió sumarse a un comité de madres de desaparecidos. Ahí empezó una larga y desesperada búsqueda que incluyó un derrame cerebral.
"Fue duro, porque usted sabe que el derrame cerebral lo deja a uno totalmente en cama. No podía hablar, no podía moverme de la cama", relató esta madre al detallar los momentos más duros en los últimos 14 años.
Pero finalmente, la búsqueda dio frutos, ya que Leticia se reunió por fin con su hija mientras la caravana migrante proveniente de Honduras recorría el estado de Chiapas, al sur de México, con miras a Estados Unidos.
Una historia con final feliz que contrasta con la desesperación de muchas madres centroamericanas que siguen buscando a sus hijos.
Una crisis de 70.000 desaparecidos
De acuerdo con datos de la organización Movimiento Migrante Mesoamericano, existen 70.000 personas provenientes de Centroamérica desaparecidas en México.
"Existen miles de migrantes desaparecidos en el país que nadie los busca. No hay justicia, todo queda impune. Es un país con muchísima corrupción igual que en Centroamérica", señala la hondureña Ana Enamorado, organizadora de la Caravana de Madres Centroamericanas.
Su hijo es Oscar Antonio López Enamorado, tiene más de ocho años desaparecido en Jalisco. La última vez que supo de él, le dijo que estaba en Puerto Vallarta. No volvió a saber nada. Antes de la desaparición de su hijo, Ana recibió algunas llamadas de extorsión.
"Yo vine desde mi país, en el año 2012, para hacer la búsqueda aquí. Yo he hecho la investigación y todo el trabajo que a las autoridades les corresponde y aún así no he podido encontrar a mi hijo. Lo único que he recibido de las autoridades son mentiras, amenazas e intimidaciones".
"Las autoridades de Jalisco intentaron entregarme cenizas diciendo que era mi hijo y que el Servicio Médico Forense lo incineró. Ahora, descubriendo todo lo que ha pasado en Jalisco con los trailers y más de 400 cuerpos, me doy cuenta que esto viene sucediendo desde hace muchos años. Incineraron más de 1.500 cuerpos en nueve años", agrega.
La Caravana de Madres Centroamericanas participará en la Cumbre Mundial de Madres de Migrantes Desaparecidos, acto que formará parte del Foro Mundial de Migraciones los días 2, 3 y 4 de noviembre.
"Necesitamos solidaridad del mundo entero porque en México están pasando cosas terribles", señala Enamorado.
Manuel Hernández Borbolla