El lenguaje inclusivo se mete en las aulas argentinas para hablar de "les plebeyes" y "les esclaves"
En el Instituto Provincial de Enseñanza Media (Ipem) 10 de la provincia argentina de Córdoba, una clase de historia llamó particularmente la atención. El profesor Germán López decidió enseñar la Antigua Roma con lenguaje inclusivo. Fue así que en el pizarrón escribió "les romanes" y con una pirámide explicó las distintas clases que existían en esa sociedad: "les patricies", "les plebeyes" y "les esclaves".
Según señaló el periodista Matías Calderón, del diario La Voz, que presenció la clase, una de las primeras reacciones de sus alumnos fue asombro. "Vamos, profe, escriba bien", le dijeron. Sin embargo, el docente continuó y luego aclaró: "Nada obliga a usar el lenguaje inclusivo, pero es una forma de nombrar a todos".
"Tiene todo un sentido esto detrás, que es tratar de incorporar a la mayor cantidad de sujetos", enfatizó López y recordó que en Roma "no había solamente patricios, también había patricias. No había solamente esclavos, también había esclavas".
Lo que no se nombra no existe
Con el auge del movimiento feminista en los últimos años muchas cosas han sido puestas en cuestión, entre ellas el lenguaje. Es así como en las redes sociales y medios de comunicación se han dado intensos debates al respecto.
“Les Romanes”: un profesor enseña Historia con lenguaje inclusivo y la directora se lo permite. Esto pasa en el Instituto Provincial de Enseñanza Media 10 Roma de Córdoba. Si mis hijos fuesen a esa escuela LOS DEMANDO. pic.twitter.com/2abThY04wO
— Mercedes Mansilla (@aloMecha) 30 de octubre de 2018
La doctora en Letras de la Universidad de Buenos Aires e investigadora del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (Conicet), Victoria García, explicó que el llamado lenguaje inclusivo es "un conjunto de prácticas" que se utilizan para "poner en evidencia en el discurso un cuestionamiento al uso del género masculino como neutro o universal". Desde su punto de vista, se trata de "una manifestación lingüística de los privilegios masculinos que son constitutivos de la sociedad patriarcal".
En diálogo con este medio, García coincidió en que el feminismo ha sido el dinamizador de esta transformación. "El proceso de radicalización del movimiento ha llevado a la incorporación de modalidades de lenguaje con perspectiva de género que van más allá del binarismo masculino/femenino, como la '@', la 'x' o la 'e'", sostuvo. Y subrayó que esta última, además, "se introduce en la oralidad –ámbito fundamental de la comunicación política– y hasta interviene sobre la estructura morfológica de la lengua". Es ese "atrevimiento" el que ha suscitado "una reacción conservadora tan virulenta".
El gobierno tiene que PROHIBIR el lenguaje inclusívo y echar a los docentes y/o alumnos que no respeten esa prohibición.
— Pescanauta (@pescanautaX) 26 de octubre de 2018
Si bien el debate se ha extendido tanto que ha llegado a la Real Academia Española (RAE), esta institución –tomada en casi todo el mundo como referencia para el uso correcto del castellano– ha rechazado de momento estos planteos. De hecho, ante consultas a su cuenta de Twitter por la utilización del "todos y todas" ha respondido que "es innecesario, pues el masculino gramatical ya cumple esa función" y lo mismo sostiene su página web.
Hombres: el lenguaje inclusivo es una gilipollezAlguien hacia un grupo mayoritario de mujeres: vosotrasAlso hombres: eh, que hay dos hombres aquí, aparte de estas 20 mujeres. No nos excluyáis.
— Mar 🌈🌵 (@ItsOnlyTheVamps) 31 de octubre de 2018
García disiente con esta posición e incluso le da una vuelta de tuerca. "Prefiero llamarlo 'lenguaje feminista' o 'con perspectiva de género' porque creo que lo más potente de ese cuestionamiento no tiene que ver con 'incluir' en una sociedad, que se da por sentado, sino con transformar todas las estructuras desiguales de la sociedad capitalista y patriarcal", aseguró.
En el mismo sentido, discute con los planteos que "tienden a encorsetarlo en un guías o manuales de uso". "Hay allí un riesgo de actuar en espejo con las posiciones normativistas y cerradas que criticamos en la RAE", completó. Finalmente, destacó que quienes impulsan este tipo de cambios son al mismo tiempo las personas que participan "activamente, de distintos modos, en el movimiento feminista". "Por lo tanto, las críticas que sostienen que el uso de este lenguaje implica minimizar la apuesta por cambiar la realidad resultan infundadas", concluyó.
Santiago Mayor
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