La odisea de votar: Cómo ejercer derechos básicos se vuelve una batalla para los hispanos en EE.UU.
En la recta final antes de las elecciones de mitad de mandato, que se celebrarán el 6 de noviembre, en Estados Unidos la cuestión migratoria está de máxima actualidad. Tanto los hispanos, como otras minorías y clases desfavorecidas encuentran obstáculos legales a la hora de ejercer su derecho al voto y elegir a un candidato que asegure su futuro.
Eva Villena Martos se siente emocionada y muy feliz: ha completado el proceso de naturalización y por fin ha recibido los documentos que la acreditan como ciudadana de EE.UU., donde vive y trabaja desde los 19 años. Entre los beneficios importantes que le trae la ciudadanía estadounidense Eva destaca el derecho a voto y poder ser escuchada.
"Hay mucha gente que desgraciadamente no tiene la oportunidad de votar ni de alzar la voz y para eso creo que los ciudadanos tenemos que ponernos en eso de hacerlo", comentó Eva a RT.
La organización que le ayudó a lograr el objetivo fue el Consejo de Federaciones Mexicanas en Norteamérica (COFEM), que cuelga estrellas en sus despachos con los nombres de cada persona que logra obtener la ciudadanía con su asistencia. Su directora ejecutiva Anabella Bastida explicó a RT que son una organización bipartidista y que de ninguna manera pretenden persuadir a sus clientes a votar por uno o por otro candidato en concreto.
"Lo que queremos es que la gente salga a votar y que determine viendo en la situación que estamos viviendo cuál es el mejor candidato, cuál es el mejor representante que va a asegurar que sus familias tengan una estabilidad, que va a asegurar que sus familias no estén en miedo, que va a asegurar, por ejemplo, que no son atacados, no les van a quitar los beneficios mínimos", señaló Bastida.
Sin embargo, ejercer el derecho al voto no es tan fácil, especialmente para las minorías y los pobres. En algunos estados del país no existe el voto por correo y en la mayoría de los casos los comicios se celebran el martes, lo cual perjudica a los trabajadores más precarios que no se pueden permitir faltar al trabajo.
Además, desde las elecciones de 2010, 24 estados han implementado nuevas restricciones para votar. En Georgia cerraron 214 lugares de votación en los últimos seis años y se ha reportado el bloqueo de 53.000 registros de votantes, de los cuales el 70 % eran afroamericanos.
En Dodge City (Kansas, 60 % hispano) el único lugar de votación fue trasladado fuera de la ciudad y a una milla de la parada de autobús más cercana. En Alabama casi la mitad de los sitios donde se obtiene el carnet de conducir se cerraron, la mayoría situados en los condados más pobres y de mayoría afroamericana.
El problema principal que afrontan las minorías y clases desfavorecidas a la hora de votar es que en EE.UU. no existe un documento universal de identificación, y este procedimiento puede convertirse en toda una odisea. El analista político Sergio García Ríos detalló a RT que los estados generalmente piden el carnet de conducir o el pasaporte, lo que implica "cierto nivel económico".
"Las personas que no tienen este tipo de identificación son las minorías y los más pobres, es decir, al crear estas leyes, de facto se está eliminando a los más pobres y a las minorías de la posibilidad de votar", comentó García Ríos.