Una madre soltera, de 20 años, enfrenta cargos ante la justicia estadounidense por la muerte de su pequeño hijo, de un año, quien fue arrastrado por una inundación provocada por el huracán Florence, en Carolina del Norte.
El pasado 16 de septiembre, en la ciudad de Charlotte, Dazia Lee subió a Kaiden Lee-Welch a su auto para dirigirse a la casa de su madre. Al ver vehículos que salían de una carretera con barricadas a su costado, pensó que se trataba de un lugar seguro. Sin embargo, tras atravesar las barreras el vehículo fue alcanzado por el agua.
Entonces, tomó a su hijo y trató de huir, pero la fuerza del agua se lo arrancó de las manos. El cuerpo sin vida del niño fue hallado al día siguiente, publicó el diario The Washington Post.
Por ello, fue acusada de homicidio involuntario y de conducir por un lugar cerrado o no habilitado y deberá enfrentar un juicio. "La evidencia apoyaría la presentación de cargos", afirmaron las autoridades. Por su parte, el sheriff del condado de Union Eddie Cathey reconoció el sufrimiento de la mujer por la pérdida del hijo, pero agregó que eran "tiempos difíciles" y que "conducir a través del agua por caminos cerrados es peligroso para cualquiera".
En consecuencia, Lee enfrentará un juicio que podría derivar en una sentencia de entre 13 y 16 meses de prisión.
Una acusación "racista"
Mientras la mujer aguarda para comparecer, el próximo martes 20 de este mes, Corine Mack, presidenta de la Asociación Nacional para el Progreso de las Personas de Color (NAACP, por su sigla en inglés), aseguró que la decisión de imputarla tiene rasgos racistas.
"Ella intentaba sacar a su hijo del auto, no matarlo", dijo. A su juicio, acusar a alguien que estará "de luto por el resto de su vida", representa un "gesto implícito" de "insensibilidad y hasta racismo".