El ascenso del ultraderechista Jair Bolsonaro en Brasil viene a confirmar el giro conservador que ha dado Sudamérica en los últimos años y promete ser un revulsivo en el tablero regional. Pero a la espera de que el exmilitar nombre un ministro de Exteriores, los vaivenes en asuntos claves como el Acuerdo de París o su relación con el Mercado Común del Sur (Mercosur) generan incertidumbre.
1- Embajada de Brasil en Israel
Si algo tiene claro Bolsonaro, considerado como el "Trump brasileño", es su profunda admiración por el presidente de Estados Unidos, con el que quiere fortalecer lazos.
Un punto de vista compartido también por el mandatario estadounidense que ha manifestado su deseo de que ambos países trabajen juntos en "el comercio, asuntos militares y todo lo demás".
Siguiendo los pasos de Trump, el ultraderechista ha prometido trasladar la embajada de Brasil de Tel Aviv a Jerusalén, reconociendo así a esta ciudad como capital de Israel. Esta decisión pondría punto y final a la postura de Brasil ante el conflicto palestino-israelí, con consecuencias imprevisibles en las relaciones con los países árabes.
El gigante latinoamericano mantiene relaciones diplomáticas con Israel desde 1949 y reconoció al Estado palestino en 2010.
También Israel formará parte de los tres países que pretende visitar en su primer viaje al exterior. Antes lo hará a Chile y Estados Unidos.
2- Chile, primer viaje al exterior, y Mercosur
El ultraderechista rompe así con el tradicional viaje a Argentina efectuado por los mandatarios brasileños, que simbolizaba el compromiso de ambos países con el Mercado Común del Sur (Mercosur), el bloque integrado también por Uruguay y Paraguay.
"Existe un acercamiento del nuevo gobierno Bolsonaro con la administración chilena. Paulo Guedes (futuro 'superministro' del área económica) fue investigador en la universidad de Chile en los años 80 y es un admirador de la política implementada por el ministro de Trabajo de Augusto Pinochet, José Piñera, hermano del actual presidente (Sebastián Piñera)", explica a RT al analista Marco Bastos, de la consultora Octopus.
Poco después de la victoria de Bolsonaro, el pasado domingo, Paulo Guedes dijo que "Mercosur no es una prioridad" y acusó a este bloque subregional de negociar "con gente con inclinaciones bolivarianas".
El economista pidió perdón dos días después, pero ese cambio de opinión demostró el incierto futuro al que se enfrenta este proceso de integración nacional.
La línea de ruptura con la izquierda, y su postura contra Venezuela, donde ha descartado una posible intervención militar, ha sido una constante en la retórica de Bolsonaro.
"No podemos seguir coqueteando con el socialismo, el comunismo y el populismo, y con el extremismo de izquierda", señaló en su primer discurso tras ganar las elecciones.
3- Relaciones con China
Otro de los interrogantes que se plantean es cuál será su posición ante el BRICS (asociación comercial entre Brasil, Rusia, India, China, y Sudáfrica) y, especialmente, con el gigante asiático. Bolsonaro todavía no se ha pronunciado como presidente elector sobre China, principal mercado de exportación de Brasil. Sin embargo, en campaña llegó a decir que China quiere "comprar a Brasil".
La visita que realizó a Taiwán en marzo –cuya independencia no reconoce Pekín– tampoco gustó al Gobierno chino. Pekín felicitó a Bolsonaro y expresó su deseo de fortalecer la cooperación multilateral y dentro del BRICS "sirviendo al interés común de los países en desarrollo".
Sin embargo, en un editorial del periódico oficialista China Daily, advirtió de los riesgos de que Bolsonaro se muestre como Trump, con quien el gigante asiático está enzarzado en una agresiva disputa comercial.
"Tenemos un presidente electo que provocó claramente a China al viajar a Taiwán, y una posibilidad de que se dañe la relación, lo que tendría efectos negativos en cuanto a inversión directa y comercio bilateral", comenta Bastos.
4- Acuerdo de París
Bolsonaro, en la línea de Trump, amenazó con retirarse de los Acuerdos de París contra el cambio climático, pero en los últimos días de campaña cambió su postura. El ultraderechista anunció que permanecerá si se garantiza que la soberanía de Brasil no se ve amenazada.
Una vez más, la ambigua posición de Bolsonaro alarma a activistas y científicos que alertan de la importancia de conservar la Amazonía, un enorme filtro para las emisiones de carbono producidas en todo el mundo.
Marta Miera
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