En relación a las declaraciones que han hecho este viernes las autoridades de Austria con respecto a un supuesto espionaje de uno de sus exmilitares a favor de Rusia, el ministro de Relaciones Exteriores ruso, Serguéi Lavrov, ha declarado que la postura de Viena le ha "sorprendido de una manera desagradable".
"Me sorprendió de manera desagradable esta información. Desde tiempos inmemoriales, es costumbre que si un país tiene preocupaciones, sospechas sobre las acciones de otro país, sospechas de la participación de alguien en procesos que se consideren amenazas al Estado respectivo, entonces de acuerdo con las normas de comunicación internacional, debe solicitarse una aclaración directamente", ha indicado.
"Últimamente, por desgracia nuestros socios occidentales han establecido la regla de recurrir a la 'diplomacia de micrófono' en vez de la tradicional que cumple con todas normas de la decencia, y nos acusan en público, exigiéndonos explicaciones públicamente sobre una cuestión de la que no sabemos nada", ha añadido.
"Es necesario seguir las normas que se han desarrollado durante la formación de la práctica de la comunicación internacional. Hoy invitamos al embajador de Austria [Johannes Aigner] al Ministerio de Asuntos Exteriores, y llamaremos su atención sobre los métodos que deberían aplicar si tienen algunas preguntas para la Federación de Rusia", ha concluido Lavrov.
Este viernes, el canciller de Austria, Sebastian Kurz y el ministro de Defensa, Mario Kunasek, han revelado durante una rueda de prensa que un excoronel del Ejército de Austria es sospechoso de haber estado trabajando para la inteligencia rusa durante casi 30 años.