Analistas del Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales de EE.UU. (CSIS) afirman que han detectado 13 bases de misiles norcoreanas que están en funcionamiento y cuya existencia no ha sido revelada por el Gobierno. El nuevo informe publicado este lunes sugiere que Corea del Norte dispone de más bases y que en total su cantidad podría llegar a 20.
Los expertos precisan que las bases de misiles que han logrado localizar gracias a las imágenes de satélite no son instalaciones de lanzamiento, aunque el Ejército norcoreano podría utilizarlas con estos fines en caso de emergencia.
Dichas bases clandestinas pueden ser utilizadas para todo tipo de misiles balísticos, tanto de corto alcance, como intercontinentales, detalla CSIS, agregando que las bases deberían figurar en cualquier acuerdo sobre la desnuclearización y deberían ser desmanteladas.
Víctor Cha, quien encabeza el estudio del CSIS sobre Corea del Norte y dirigió al equipo que analizó las imágenes satelitales, ha comentado a The New York Times que "no parece que estas bases estuvieran congeladas" y "son claramente activas".
"El trabajo continúa. De lo que todos están preocupados es que Trump va a aceptar un mal acuerdo; ellos nos dan un solo sitio de pruebas, desmantelan unas pocas instalaciones, y a cambio obtienen un acuerdo de paz", opina Cha.
"Cualquier misil puede portar una ojiva nuclear"
Una de las bases de misiles no declaradas que figura en el informe, Sakkanmol ―la más cercana a la zona desmilitarizada y a Seúl (está a 135 kilómetros al noroeste de la capital surcoreana)― alberga misiles de corto alcance y tiene siete instalaciones subterráneas.
Joseph Bermúdez, uno de los autores del estudio del CSIS, señaló que las bases clandestinas de Corea del Norte no se parecen a las bases de misiles operativos de Estados Unidos, Europa, Rusia o China y que, en su mayoría, se ubican en zonas montañosas, con estrechos valles.
En una entrevista para The New York Times, el experto comentó que "cualquier misil en estas bases puede portar una ojiva nuclear" y que las inversiones del Gobierno norcoreano en dichas instalaciones tienen su lógica "desde el punto de vista de la supervivencia". "Al parecer, tratan de maximizar sus capacidades", sostuvo Bermúdez.