Condenan en Rusia a 14 años al hombre celoso que le cortó las manos a su mujer

Margarita Grachiova teme que su exmarido intente matarla cuando consiga salir de prisión.

Un crimen motivado por celos, que aturdió a toda Rusia, ha avanzado un paso más hacia la retribución de justicia ahora que un tribunal de la región de Moscú condenó al culpable a una larga estancia en prisión por haberle cortado ambas manos a su hoy exesposa.

La historia de Dmitri Grachiov y su mujer, Margarita, protagonizó los informativos del país en diciembre pasado. Ante un matrimonio fracasado, Dmitri se volvió cada vez más paranoico y celoso, hasta que finalmente la llevó a un bosque y le cortó cruelmente las manos.

Este jueves, un tribunal de la ciudad de Sérpujov sentenció a Dmitri Grachiov a 14 años de reclusión en una cárcel de máxima seguridad y a pagarle a Margarita una indemnización de cerca de 35.000 dólares.

La mujer, actualmente divorciada, presenció el juicio. Tras ser pronunciada la sentencia, dijo haber esperado un castigo más duro.

Los fiscales pedían 17 años entre rejas para Grachiov, quien no rechazó los cargos de daño corporal grave y amenaza de asesinato, pero se dijo inocente en cuanto a la acusación de secuestro. Se manifestó convencido de que su condena no debía exceder de 10 años.

Crueldad extrema

La pareja había estado casada durante cinco años y tenía dos hijos cuando, en septiembre de 2017, Margarita decidió pedir el divorcio debido a problemas de convivencia. Su cónyuge, lejos de aceptarlo, reaccionó de forma feroz: la empezó a perseguir, golpear y amenazar, a la vez que se obsesionó con la idea de que ella le estaba siendo infiel. En octubre, llevó a Margarita por primera vez a un bosque donde, poniéndole un cuchillo en la garganta, la interrogó sobre sus supuestas relaciones con otros hombres.

El 11 de diciembre, Dmitri sobrepasó todo extremo y la llevó de nuevo a un bosque, pero esa vez la torturó por cerca de una hora, cortándole con un hacha los dedos, uno tras otro, y distintas partes de las manos. Tras terminar por amputarle completamente ambas manos, la llevó al hospital y se entregó a la Policía. El hombre justificó su acción por los celos.

Mediante una complicada cirugía, los médicos lograron reimplantarle a la mujer su mano izquierda. Aunque nunca podrá hacer uso pleno de ella, los cirujanos hicieron todo lo posible para que fuera funcional.

Por desgracia, no pudieron salvar su mano derecha, lo que hizo que necesitara una prótesis. Gente de todo el país y patrocinadores ayudaron a la joven a recaudar105.000 dólares para el tratamiento y la fabricación de una mano artificial biónica en Alemania.

Margarita completó el proceso de divorcio y consiguió que se le anularan a su exmarido los derechos de paternidad sobre sus hijos. Según afirma, Dmitri siguió acosándola incluso desde detrás de las rejas, enviándole misivas donde por una parte le suplicaba que lo esperara y por otra aseguraba que "no se la dará a nadie". Por eso, dice Margarita, teme que al cumplir su pena y salir de prisión intente matarla.