Un misionero estadounidense fue asesinado por miembros de una población indígena que habita en la isla Sentinel del Norte —administrada por la India—, que forma parte del archipiélago de las Andamán.
El pasado 16 de noviembre, John Allen Chau, de 27 años, decidió visitar la ínsula y fue llevado por un grupo de pescadores hasta sus inmediaciones. Luego, el joven viajó solo en una canoa hasta tocar tierra, recoge India Today.
Fuentes cercanas al caso aseguran que Chau pertenecía a una comunidad cristiana y quería acercase a la tribu local con el ánimo de convertirlos a su religión. Sin embargo, es ampliamente conocido que sus habitantes se resisten al contacto externo y actúan agresiva y hostilmente contra cualquier foráneo que intente cruzar sus fronteras.
Al día siguiente, su cuerpo lleno de flechas fue descubierto por pescadores, pero aún no ha podido ser recuperado debido a la agresividad de los indígenas. Los siete pescadores que aceptaron trasladarlo hasta allá fueron arrestados. "Chau fue asesinado con una flecha y uno de los pescadores vio que su cuerpo estaba siendo enterrado en la isla", confirmó Dependra Pathak, jefe de la Policía de las islas Andamán y Nicobar.
Pathak dejó en claro que esta población vive en esa área "desde hace 60.000 años" y "no debe ser contactada".
La isla Sentinel del Norte aún se rige bajo sus propias leyes tribales, ajena a todo lo que ocurre en el mundo exterior. Sin embargo, a principios de este año el Gobierno de la India eliminó ciertas restricciones que permiten que los extranjeros puedan visitar la isla sin permiso.
"Los nativos quieren que los dejen solos"
Stephen Corry, director de Survival International, movimiento global por los derechos de los pueblos indígenas y tribales, aseguró que la flexibilización de las normatividad "envió exactamente el mensaje equivocado". También sugirió que existe la posibilidad de que el contacto inesperado haya expuesto a la tribu a patógenos potencialmente mortales contra los que no tienen inmunidad.
Dicha tragedia habría podido evitarse. "Los nativos han demostrado una y otra vez que quieren que los dejen solos, y sus deseos deben ser respetados", enfatizó.
"Espero que esta tragedia actúe como un llamado de atención a las autoridades de la India para evitar otro desastre y proteger adecuadamente estas tierras", agregó.